Molyneux explica que esa experimentación derivó en creaciones históricas en la vida de la industria, como Wolfenstein y DOOM, además de los juegos de estrategia en tiempo real. “Antes todos hacíamos cosas para el joystick. Cualquier invento tan grande como Kinect nos llevará tiempo para hincarle el diente. Estoy de acuerdo con el escepticismo de los jugadores core porque no hay un ejemplo de nada en Kinect que sea excitante o dramático, o incluso una experiencia que dure más de quince minutos.”