De esta manera, Microsoft deja de vender el sensor exclusivo para ordenador, que será sustituido por un adaptador para conectar el modelo pensado en la sobremesa. La experiencia, según comenta la multinacional, será la misma con cualquier dispositivo. “Estamos emocionados de continuar trabajando con la comunidad de desarrolladores para crear aplicaciones que permitan a los usuarios interactuar naturalmente con ordenadores a través de gestos y voz, y continuaremos viendo como el sensor Kinect inspira e innova con experiencias comerciales en múltiples industrias, incluyendo educación, salud, y fabricación”, concluye Microsoft.