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Grandes noticias para todos los que odian las intromisiones egoístas de los productores de Hollywood en las propiedades relativas a los videojuegos, y es que parece ser que la temida adaptación de Metal Gear Solid al cine se encuentra en punto muerto.

Michael De Luca, el encargado de las labores de producción de la película basada en las correrías de los personajes de Koyima ha explicado que "Las compañías de videojuegos son muy protectoras con sus propiedades intelectuales y hay ciertos puntos que requieren de cierta libertad para poder comercializar y distribuir una película de manera efectiva en un mercado global y, a veces conseguir estas dos cosas es realmente difícil. Y en el caso de Metal Gear Solid no se trata de que las partes no se mostraran amistosas, simplemente ha sido imposible que coincidan".

Las palabras de De Luca denotan que Konami no ha tragado con los “puntos que requieren cierta libertad”, algo lógico, ya que no hay nada que una película pueda añadir a nivel narrativo a Metal Gear Solid. De hecho para producir una versión cinematográfica de MGS se tiene que partir de la base que nadie lo puede hacer mejor que el propio Koyima.