Atari, la encargada de la producción, pensó que el fenómeno mediático también arrastraría al público hacia la industria del videojuego, razón por cual se fabricaron muchas más copias de las que finalmente se vendieron. Así se desencadenó la crisis producida por el videojuego que llevó a la compañía a la bancarrota. Este hecho, bastante lógico desde la visión comercial, no pasaría de anecdótico si no fuera porque en 1983, el periódico estadounidense The New York Times confirmó que la compañía había movilizado 14 camiones repletos de copias del desdichado título desde su factoría en El Paso hasta el vertedero de Almagordo, en el desierto de Nuevo México.
A partir de aquí comenzaron a construirse teorías sobre los videojuegos enterrados de Atari. Teorías que han continuado vivas 20 años después y nos han dejado todo tipo de rocambolescas historias. Algunos afirmaban que los videojuegos todavía seguían enterrados; otros, incluida la extinta compañía, aseguraba que el movimiento nunca se había llevado a cabo alegando que se aprovecharon los materiales para producir otros videojuegos, etcétera. El caso es que, desde los ochenta, el halo de misterio que rodeaba el destino final de los juegos seguía muy vivo… hasta hace poco.
¿Realmente fueron enterrados los cartuchos restantes de E.T. en el desierto de Nuevo México? La respuesta a esta pregunta ha sido confirmada gracias a la participación de Xbox Entertainment Studios en una excavación dedicada a encontrar los videojuegos perdidos para un documental que se emitirá en exclusiva para Xbox One. Dicho documental, dirigido por el escritor de ‘Los Vengadores’ Zak Penn, se estrenará en algún momento de este año para la sobremesa de Microsoft, y a pesar de las reticencias del propio director del proyecto, que afirmaba: “además de basura, la verdad, no tengo ni idea de lo que encontraremos”, las primeras informaciones han confirmado la aparición de algunas copias del videojuego E.T., así como otros cartuchos de ‘Centipede’ y ‘Missile Command’, videojuegos de la época.
En las imágenes que acompañan la noticia, podemos ver el estado de algunas de las copias encontradas, con su propio manual de instrucciones y la caja relativamente en buen estado, a pesar de que hayan pasado dos décadas. Se confirma así que la leyenda era cierta, aunque los más escépticos no parecen estar del todo seguros de la veracidad del hallazgo. Sea como fuere y a la espera de que alguna prueba demuestre lo contrario, uno de los mayores mitos del mundo del videojuego ha sido resuelto.