La incorporación del Online Pass en los juegos ha supuesto desde su introducción en 2010, una aportación a la economía de la empresa norteamericana que supera los €7.5 millones, aunque la recaudación ha descendido de forma notoria en los últimos meses. No obstante, la mayoría de los editores continúan sosteniendo que los compradores de juegos usados deben aportar un extra por el acceso a contenidos y servicios en línea, como un sistema más justo de aportación a los gastos necesarios para mantener los recursos; mientras la mayoría de jugadores sostiene que la adopción del pase en línea puede dar lugar, a la eliminación de la funcionalidad más importante de muchos juegos.