El mando de Xbox 360 se vuelve aún más cómodo y responde a las demandas de los usuarios mediante un rediseño de la cruceta de control. Así, con tan solo girar la propia cruceta hacia un lado u otro, se volverá más o menos prominente, para adaptarse a las preferencias de cada jugador, e incluso a las exigencias de cada tipo de título, proporcionando una precisión nunca vista.
Además, este nuevo mando resulta más ergonómico, y cambia los tradicionales colores blanco o negro por un plateado mate. Siguiendo la misma línea de diseño, los botones frontales (X, A, B e Y) han evolucionado hacia distintos tonos de gris.