La disputa se remonta a 2013, cuando la canción creada por el compositor junto a Paul McCartney para el tráiler del videojuego fue sustituida por una pieza de Activision. En ese momento, O'Donnell informó a la compañía de que no se sentía cómodo con la decisión, por lo que Bungie, en manos de Activision, decidió despedirlo por "insubordinación". A partir de aquí comenzaron a sucederse multitud de puntualizaciones entre las que destaca el finiquito de O'Donnell, cuando, en mayo de 2014, el compositor reclamó que la compañía se negaba a pagarle por el tiempo no disfrutado de las vacaciones, las horas extras y otras ventajas. Finalmente, el juez le ha dado la razón al compositor, y O'Donnell será indemnizado con 142.500 dólares como primer pago del programa de beneficios de participación, en el que no estuvo incluido. En anteriores sentencias, O'Donnell fue indemnizado con 95.000 dólares por trabajo no retribuido, vacaciones y costes legales.
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