La policía y el ayuntamiento que no tenían ningún tipo de información ni habían sido informados al efecto corrieron a detener inmediatamente al soldado. En cuanto fue localizado le obligaron a quitarse el casco y comprobaron que el arma era de juguete. Al final todo terminó en una reprimenda para la compañía, a pesar que portar armas falsas en público es una violación reflejada en el Acta de Armas de Alemania y se sanciona con una multa equivalente a 13,500$.
Estas situaciones no son nuevas y ya han protagonizado algunas situaciones curiosas, como cuando Capcom decidió que era buena idea esparcir a lo largo de Trafalgar Square brazos, piernas y cabezas de atrezo, como si fueran restos humanos cortados para promocionar el lanzamiento de Resident Evil 5, o cuando la policía de Nueva Zelanda estuvo a punto de abatir a tiros a un actor que paseaba por las calles disfrazado de Sam Fisher portando una réplica de una arma.