“No podemos seguir teniendo un sistema de clasificación anticuado, eso es lo que en mi opinión está causando daño a los jóvenes,” continua O’Connor. “Llevamos más de diez años sin actuar”, dejando entrever que la revisión de los criterios de clasificación está en cartera desde hace una década.
Para los contrarios a la clasificación R18+, O’Connor comentó que el hecho de que a veces la gente conduzca muy rápido en las carreteras, no significa que no debamos tener un límite de velocidad para cada vía en particular, admitiendo que en caso de añadirse una clasificación +18 los niños podrían tener acceso a los juegos para adultos sin mucho problema, aunque su argumento se basa en informar y guiar a los padres. De momento los australianos tendrán que esperar como mínimo hasta julio, cuando se intentará llegar a un consenso con todas las partes.