Movimientos tectónicos
En los últimos días han proliferado las estampidas y movimientos de un nutrido grupo de próceres del sector del entretenimiento, como ha sido el caso del recién fundado estudio Tangentlemen, donde confluirán Toby Gard, el creador de Lara Croft, Rich Smith conocido por sus trabajos de director artístico en la franquicia Call of Duty o John Garcia-Shelton, productor de títulos como Medal of Honor. Lo mismo ocurrió con Keiji Inafune, que dejó su compañía de toda la vida, Capcom, para acabar fundando su propio estudio y dar forma a nuevos proyectos, entre ellos el reciente Yaiba: Ninja Gaiden Z. Caso similar ha sido la huida de Konami del creativo Koji Igarashi para fundar su propia empresa.
De presupuestos y timings
El desarrollo de videojuegos suele estar acotado por diversas variables que cercenan sobremanera la creatividad de los implicados en los mismos. Por un lado, se encuentran factores tan determinantes como los ajustados tiempos para poner en marcha y lanzar los proyectos, que, en ocasiones, obligan a que salgan a la luz proyectos incompletos ante la falta de maduración de los planes inicialmente previstos. Por otro lado, la necesidad de limitarse a unos presupuestos que, en ocasiones, no cubren las necesidades para redondear proyectos desde el punto de vista tecnológico, material y promocional. Además, la confluencia de ambos factores obliga a los capos del sector del entretenimiento a tener que rendir cuentas antes de tiempo a la cúpula dirigente de las grandes compañías en detrimento de su creatividad, por lo que nuevos proyectos o licencias tienen difícil cabida en los catálogos. No es menos cierto también, que cualquier componente de un estudio de desarrollo se encuentra al albur de las ventas de su propio producto y, cuando no cumplen las expectativas marcadas, suele ser una práctica habitual el despido temporal de los trabajadores.
El Mecenazgo, en busca de financiación
Conocido por su nomenclatura anglosajona, Crowdfunding, el mecenazgo o financiación popular de proyectos en desarrollo ha supuesto un soplo de aire fresco para un gran cúmulo de producciones independientes que buscan abrirse hueco en el sector o, cuando menos, ver la luz. Títulos como Knytt, Totally Tiny Arcade, OutLast, Cubeworld, The Forest, por poner algunos ejemplos suponen un gran punto de partida, no solo por sus atractivas propuestas sino por la capacidad de sorprender con conceptos de juego que en la industria no tienen cabida. Recientemente en España se ha lanzado Seedquick, la primera red de crowdfunding para start-ups y emprendedores, a pesar de la reciente intención del gobierno por poner cierto coto a estas nuevas aventuras empresariales limitando las aportaciones a un máximo de 3.000 euros y obligando a las empresas a contar con un capital social de 50.000 € o un seguro con cobertura anual de 150.000€.
Sea como fuere, parece claro que el negocio del entretenimiento, un sector que va de la mano del incesante desarrollo de nuevas tecnologías, está sufriendo un cambio en su concepción. Aunque a simple vista no se atisban movimientos inminentes, muchas majors comienzan a barajar opciones para incorporar a sus, en cierta medida, manidos catálogos otras propuestas que respondan a las nuevas inquietudes de los desarrolladores. Bajo este parámetro una de las primeras en reaccionar ha sido Microsoft con su proyecto ID@Xbox, destinado a promocionar desarrollos independientes para Xbox ONE cuyos primeros frutos se vieron en el pasado GDC de San Francisco con la presentación de numerosos títulos en desarrollo.