Ocultismo y tecnología al servicio del Reich
Como producto inspirado en los clásicos, y siguiendo la estela del original, ‘The Old Blood’ mantiene intactos los puntos fuertes de su predecesor. En primer lugar, y sin ningún pudor por marcar diferencias con el noventa por ciento de producciones actuales enmarcadas en el género de la bala fácil, la obra invita rápidamente a emplear las mecánicas del gatillo veloz apoyándose en la habilidad del jugador para reaccionar ante los diferentes peligros. Nos olvidamos, pues, de perspectivas defensivas para centrarnos en lo que realmente es divertido de estos títulos: disparar a diestro y siniestro. Como en los noventa, no existen coberturas para el personaje, la vida no se recupera paulatinamente con el tiempo y habrá que revisar constantemente los escenarios en busca de escudos, munición y botiquines para poder hacer frente el siguiente objetivo. Advertir que necesitaremos utilizar cada bala del inventario para tener una oportunidad ante la incesante cantidad de enemigos que brotan desde todos los ángulos.
Así se presentó el año pasado ‘The New Order’ para las plataformas de sobremesa y ordenador, y así de simple continúa siendo su apuesta en esta expansión independiente que llega a Xbox One, PlayStation 4 y ordenador, dejando atrás el lastre de la generación pasada. Sin embargo, en esta ocasión tienen cabida algunos tramos ejemplares donde encontramos nuevas mecánicas jugables adaptadas para hacer el recorrido más variado. No son frecuentes, ni mucho menos, e insistimos en que la gran parte de la aventura la pasaremos en pasillos apretando los gatillos del mando armados con armas duales, pero no sólo de plomo vive Blazkowicz. Así, encontramos momentos en los que el sigilo cobra protagonismo, haciendo las cosas más fáciles y potenciando unas secuencias de lo más sangrientas donde terminamos con los enemigos antes de que activen la alarma del castillo. También, en los enfrentamientos contra soldados más poderosos de lo habitual, habrá que emplear mecánicas con interruptores para cortar el suministro de energía por ejemplo. Algunas de estas mecánicas están más inspiradas que otras, algo que puede llegar a aburrir en tramos donde la acción pasa a segunda línea.
En el plano argumental, ‘The Old Blood’ se traslada a los acontecimientos previos de ‘The New Order’, donde los nacional socialistas alemanes continúan con su plan de dominación mundial a un ritmo marcado por la tecnología y la historia antigua. Encarnando al emblemático Blazkowicz, la primera misión del jugador será adentrarse en el castillo que da nombre al videojuego para robar unos informes que indican la ubicación de Calavera, presente también en el juego principal. Por supuesto, la misión es un fracaso estrepitoso, comenzando un periplo que nos lleva a recorrer el castillo y otras localizaciones mientras improvisamos cómo terminar con el ejército nazi. Los usuarios que hayan completado ‘The New Order’ contextualizarán mejor, mientras que los nuevos tendrán la excusa perfecta para probar las virtudes del juego y decidir si dar el salto al título anterior. En cualquier caso, la trama ofrece una vuelta de tuerca al original dando vida a nuevos personajes y enemigos, todo, por supuesto, aderezado con una dosis de acción que parece no tener fin.
Cosas de nazis
Y es que la gran cantidad de soldados nazis, los cánidos más violentos armados con equipo tecnológico y la tecnología más avanzada al servicio del Reich se combina con el ocultismo de la facción militar para ambientar una trama que, lejos de sorprender, convence por sus tintes de película de bajo presupuesto. No estamos ante un guion de hierro, ni un producto con giros argumentales épicos, pero sí disfrutaremos de una historia clásica que potencia una jugabilidad adictiva y divertida desde los primeros minutos de juego.
Sin duda, ‘Wolfenstein: The Old Blood’ representa la grandeza del género en sus inicios, pero adaptando algunas mecánicas y aprovechando la tecnología actual. La certeza con la que MachineGames ha adaptado la franquicia a la sobremesa de Sony y Microsoft no tiene nada que envidiarle a la versión de ordenador, pues todas las ediciones han llegado funcionando a 60 imágenes por segundo sin caídas, lo que es de agradecer en un título cuyo núcleo esencial es la acción.
Por otra parte, al tratarse de un contenido descargable independiente, la duración se aleja de las campañas ofrecidas por otros exponentes completo, pero también se ve compensada por el precio de venta. Entre cuatro y cinco horas nos durará la aventura en función del nivel de exigencia seleccionado, aumentando la cantidad de tiempo si decidimos recoger todos los objetos coleccionables esparcidos por los escenarios. En este punto, el videojuego ofrece una curva de dificultad muy poco ajustada, siempre pensando en el jugador clásico, que podemos cambiar en cualquier momento- y que oscilan desde el comportamiento pasivo –y a veces estúpido- de los enemigos hasta la desgreñada letalidad del ejército alemán.
A nivel audiovisual, ‘The Old Blood’ mantiene el tipo frente a su predecesor. Si bien es cierto que no cuenta con un apartado técnico sorprendente, la desarrolladora ha logrado condicionar el apartado para que brille con luz propia. Todo esto, heredado de ‘The New Order’, hace que la obra mantenga al jugador constantemente bajo una sensación de claustrofobia, siempre pensando en las fases del castillo. La ambientación, diseño de los personajes y enemigos, es lo suficientemente buena como para alcanzar un buen nivel de inmersión en la aventura, y las localizaciones se trasladan directamente hacia un mundo donde los nazis han logrado gran parte de sus objetivos.
La banda sonora cuenta con piezas realmente buenas, capaces de mantener la atención del jugador en los momentos más tensos de la producción. Este punto solo lo puede mejorar un doblaje, que mezcla a la perfección una caracterización al castellano digna de las películas de los ochenta con diálogos en alemán sobrados de fuerza. En este sentido, detalles como los subtítulos –que podemos activar sólo para los alemanes, para todos los personajes o para ninguno- también ayudan a graduar experiencia de juego.
Conclusiones
De esta manera, ‘The Old Blood’ se estrena como una de las expansiones de carácter independiente mejor producidas de la generación. No es un título perfecto, ni mucho menos, más si cabe en términos de inteligencia artificial, que mantiene los mismos errores que el videojuego original. Pero tratamos con una expansión en toda regla, que ha llegado a precio reducido y que sirve para golpear de frente a esas editoras que insisten en dividir los videojuegos en capítulos, obligando a los jugadores a adquirir pases de temporada y contenidos descargables que, frecuentemente, no logran cumplir con las expectativas. ‘The Old Blood’ es otra acertada oda a los orígenes del género, con todo lo que ello conlleva: tiroteos, muertes y destrucción por doquier, manteniendo muy alto el nivel de diversión.
Wolfenstein The Old Blood – Gameplay Launch Trailer