Las expectativas sobre este proyecto son altas, pues lo conseguido hasta el momento siempre ha rozado la perfección. Ambas desarrolladoras son conscientes de que superar la sombra de ‘Skyrim’ es, sin duda alguna, un reto no apto para cualquiera. Sin embargo, el estudio ha puesto toda la carne en el asador para ofrecer una experiencia de juego singular, que mezcla los conceptos del género MMO con la esencia de la serie. Actualmente, ‘The Elder Scrolls: Online’ se encuentra en su fase beta, puliendo así los últimos detalles de cara a su lanzamiento, que tendrá lugar en abril del presente año. Nosotros hemos podido disfrutar de primera mano de las virtudes del proyecto antes de su lanzamiento comercial, y podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que estamos delante de un título que, como todos los de la serie, no dejará indiferente a nadie.
Bienvenidos a Tamriel
Antes de adentrarnos en el basto mundo de Tamriel en busca de aventuras, y como en cualquier juego masivo que se precie, tendremos que moldear a nuestro singular protagonista. Las razas, clases y facciones disponibles están extraídas de la mitología de anteriores títulos de la serie, por lo que los jugadores experimentados encontrarán su camino en pocos minutos. Para los noveles, hay que apuntar, que existen nueve razas que cohabitan en el mundo, cada una con sus propios atributos, intereses e historia detrás. Seleccionada la raza, que nos llevará a escoger entre una de las tres facciones existentes en el mundo, tendremos acceso a las clases de personaje.
Disponemos de cuatro clases de personajes, este es uno de los elementos más importantes del juego debido a que sirve como guía para ofrecer un estilo de juego u otro. Por ejemplo, si somos del tipo más diestro con la espada optaremos por la clase "dragonknight", experta en el cuerpo a cuerpo; si nos gusta más la magia, podremos escoger al "sorcerer"; si nos gusta experimentar tanto ofensiva como defensivamente, "templar" será nuestra clase; y, por último, si nos gustan los personajes más rápidos y efectivos, podremos seleccionar la clase "nightblade". Escoger un camino u otro fijará las bases de nuestro camino en el sistema de batalla, y, aunque más adelante podremos complementar cualquier clase con atributos de otra -ya sea aumentando la magia en un "dragonknight", por ejemplo-, lo ideal es ir haciendo pruebas hasta ver con qué clase nos sentimos más cómodos jugando. Por suerte, disponemos de hasta ocho ranuras para crear personajes, y suponemos que, con el tiempo, llegarán más opciones en forma de actualización.
Finalizado el proceso de creación de nuestro personaje, que puede llevarnos algún tiempo debido a la gran cantidad de opciones y parámetros físicos que podemos tocar para dar con un aspecto determinado, comenzaremos nuestro viaje. Nos situaremos en una cárcel de grandes dimensiones donde un profeta nos encomienda la misión de escapar con la ayuda de una mujer misteriosa. A partir de aquícomenzaremos a movernos a lo largo de un nivel que sirve como tutorial para aprender las mecánicas jugables, y que sigue la estela de ‘Skyrim’ pero con algunas variaciones a exigencia del género.
De esta manera, podremos alternar la vista entre primera y tercera persona en función de nuestros intereses. Si bien es cierto que ‘The Elder Scrolls’ siempre se ha caracterizado por presentar un mundo que contemplar a través de los ojos del protagonista, en esta ocasión se ha perfeccionado la vista en tercera persona para que el cambio de género sea más suave para los jugadores acostumbrados a jugar a ‘World of Warcraft’o ‘Guild Wars’. Explorar las mazmorras, buscar objetos en los cadáveres, gestionar nuestro inventario y consultar frecuentemente el mapa para conocer nuestros objetivos serán tareas básicas que tendremos que realizar en todas las partidas.
La evolución de nuestros héroes
La estructura de misiones se asemeja a la de los grandes del género, con misiones de trama muy elaboradas, misiones secundarias y algunos eventos aleatorios con los que unirnos a jugadores en la lucha contra la oscuridad. Para ello, tendremos que armarnos con un buen equipo, que iremos confeccionando, comprando o robando, y disponernos a atacar a todo aquel que se atreva a enfrentarse con nosotros. La jugabilidad en los combates no ha cambiado demasiado, dejando el botón izquierdo para realizar un ataque básico mientras que el segundo sirve para cubrirnos, ya sea con un escudo o con la propia arma. Aquí entra en juego el nivel de resistencia, pues no podremos atacar o realizar cargas fuertes -apretando el botón izquierdo del ratón- si no disponemos de la resistencia necesaria, parámetro que junto a la vitalidad y la magia podremos aumentar cada vez que subamos de nivel.
Una vez fuera de la prisión, y sin desvelar demasiados detalles de la trama, conoceremos el mundo de Tamriel cientos de años antes de los acontecimientos ocurridos en 'Skyrim', explorando sus diferentes escenarios y visitando sus parajes más oscuros y preciosistas. En este aspecto, podemos decir que el juego se aleja de la perspectiva de ofrecer un mundo inmenso, dividiendo cada escenario en pequeñas salas divididas entre tiempos de carga, algo que, sin duda, no cuaja dentro del modelo ‘The Elder Scrolls’ pero que es inevitable al tratarse de un videojuego masivo.
En el plano de evolución de nuestro personaje, a medida que vayamos realizando acciones tales como cubrirnos, atacar con una espada a dos manos o sorprender a nuestros enemigos de forma sigilosa, iremos aumentando el nivel de cada característica, que se sumará así al nivel de la clase seleccionada, abriendo un abanico de habilidades que podremos ir desbloqueando cada vez que aumentemos de nivel. Lo curioso del asunto es que el videojuego permite ir moldeando a nuestro personaje en función de nuestro estilo de juego de forma automática, es decir, que si nos gusta ir agachados para infligir más daño con un arco aumentaremos el atributo de sigilo y tiro con arco, mientras que si somos jugadores más frontales, empleando la fuerza física con una espada o hacha, mejoraremos dichos atributos.
Mejorable en algunos aspectos
La interfaz del juego es impecable, mostrando en cada momento lo necesario para gestionar perfectamente nuestras habilidades, nuestro limitado inventario y la gestión de las misiones. También contaremos con la mítica brújula que sirve para ubicarnos, asícomo la posibilidad de asignar a las teclas numéricas las habilidades pertinentes que hayamos desbloqueado para ofrecer ofensivas y movimientos especiales de cada clase para salir victoriosos de las batallas. En este aspecto, se une la posibilidad de realizar ataques conjuntos con otros jugadores, algo que añade realismo y momentos realmente épicos cuando tenemos un buen nivel.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce en este ‘The Elder Scrolls: Online’, ya que hay un elemento, además de la división de escenarios entre tiempos de carga, que no perdonarán los más acérrimos a la serie. Hablamos de la sensación de vida que desprenden títulos como ‘Oblivion’ y ‘Skyrim’, una impresión organica que la serie siempre ha originado con poco más que entrar en alguna aldea o ciudad grande, con cada personaje que se emplea con sus tareas cotidianas o cada comerciante. En esta ocasión, las impresiones por así decirlo, se ha simplificado al máximo, encontrándonos personajes y enemigos limitados en movimientos que ofrecen la sensación de un paso hacia atrás en cuanto a inmersión se refiere. Suponemos, claro está, que esto es debido al estilo de juego masivo multijugador en su fase beta, y esperamos que estos pequeños detalles sean pulidos antes de su lanzamiento comercial.
En cuanto al plano técnico, ‘The Elder Scrolls: Online’ muestra un apartado técnico similar a lo visto en sus predecesores, lo que se traduce en la necesidad del usuario de tener un equipo bastante potente para poder jugar con los parámetros más elevados o esperar a las versiones de Xbox One y PlayStation 4 que llegarán en junio. Los entornos son preciosos, las cuevas y mazmorras transmiten la sensación de soledad, misterio y peligro, y todos los ambientes están acompañados de una música perfecta que acentúa la inmersión a cada paso que damos. Eso sí, otro aspecto negativo es que el título únicamente está disponible en inglés, subtítulos incluidos, algo que viene siendo habitual en el género y que echará para atrás a los que hayan disfrutado del doblaje de ‘Skyrim’ y que, esperamos, sea solucionado en un futuro mediante las correspondientes actualizaciones. Al fin y al cabo, hay que añadir, los jugadores tendrán que pagar una cuota mensual de 12,99€ al mes.
Esperamos, sin duda, que los elementos anteriormente citados sean corregidos o actualizados de cara al lanzamiento del título, pues la sensación que transmite este ‘The Elder Scrolls: Online’ es la de poder realizar un título de épicas proporciones bajo la modalidad multijugador online. El videojuego, funciona perfectamente y engancha desde el primer momento, pero los seguidores de la franquicia pueden ver algunos aspectos esenciales de la serie perdidos en pos de la comunicación online. Esto, sumado a la inexistente localización a nuestro idioma y el requisito de pasar cada mes por caja, hacen que este título, muy completo y divertido, repetimos, se vea con ciertos ojos de escepticismo.
The Elder Scrolls Online - The Arrival: Cinematic Trailer
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Victor Moyano
