Jugabilidad

Vestido con un sayo templario, el único recuerdo que le queda de su padre, nuestro joven protagonista se verá envuelto en un incidente que dará pie al comienzo de una aventura en la que estaremos acompañados por Esteban Noviembre, un soldado/arquero español. Para añadir un poco de oscuridad y profundidad a la historia, los aventureros serán maldecidos por una forma demoníaca, lo que les permitirá realizar hazañas de fuerza sobrehumanas. Sin embargo, todo tiene su precio y esta maldición también provoca pesadillas en las que ambos se juegan sus almas. Sobre el papel la historia promete en previsión de un increíble viaje plagado de grandes combates y secuencias épicas, pero la descripción anterior es mucho mejor que la historia del juego y su forma de contarla, plagada de escenas de corte mal planificadas, secuencias cinemáticas poco reveladoras y, sobre todo, variaciones en el rumbo de la historia sin muchas advertencias previas. Razón por la que tarde o temprano se deja de entender un argumento que se diluye en pocas horas.

Para comenzar con The Cursed Crusade los jugadores tendrán que esperar entre 10 y 15 minutos en una primera sucesión de imágenes y secuencias gráficas animadas de baja calidad, combinadas con gráficos en tiempo real. Tras el primer tiempo de espera libraremos una batalla de un par de minutos sin ninguna indicación de comandos o golpes. En resumen, durante la primera media hora es difícil superar los diez minutos de juego. Pero además si eres de esos que se quejan de las indicaciones persistentes empeñadas en que el jugador recuerde las funciones de cada botón, estas de enhorabuena, porque The Cursed Crusade deja de enseñar a los jugadores las funciones tras algún tiempo, algo que empeora el conjunto. Aun así el tema de las instrucciones quedaría en segundo plano de no ser porque los controles son malos, poco intuitivos y cuentan con un tiempo de respuesta que compromete seriamente la precisión de los golpes. Además es difícil acostumbrarse a las mecánicas de ataque y defensa, ya que la forma de cambiar de arma es confusa. En contrapartida encontramos varios movimientos de finalización que realizaremos solos o junto a Esteban Noviembre, algo que permite que el combate sea algo más interesante.

Con respecto a la evolución de los atributos del personaje, el juego respira y adopta una mecánica simple, intuitiva y eficaz. Al finalizar cada misión hay una pantalla en la que se pueden distribuir los puntos de experiencia adquiridos entre las habilidades en desuso. Hay dos sistemas de puntuación diferentes, el primero permite a los jugadores comprar armas. El segundo está dirigido a adjudicar nuevos puntos de atributos como fuerza,  manejo de armas, o incluso el desarrollo de resistencia a la forma demoníaca.

Tanto la Inteligencia Artificial en general como la física que adopta el juego cumple con algunos errores de bulto como la dificultad para golpear las paredes y puertas. De hecho dirigir un golpe a cualquier elemento que no sea un enemigo es una tarea complicada. De este modo aunque estemos combatiendo en un pasillo estrecho con un arma de dos manos de dimensiones generosas, la trayectoria del acero nunca se verá frenada por la pared, lo que deja escenas poco motivadoras para el jugador.

Además de la campaña, The Cursed Crusade nos permite jugar en cooperativo a través de Internet o a pantalla partida. Estas opciones nos permiten revivir los combates del juego junto a un amigo, lo que siempre aporta un plus a la experiencia.

Gráficos/Audio

En términos visuales The Cursed Crusade es tan interesante como desalentador. La forma en la que se ha plasmado la Edad Media con sus castillos y sus gentes en constante preparación para la batalla está muy bien trabajada, aunque la calidad del apartado artístico no es suficiente como para pasar por alto la calidad de los gráficos. Los personajes parecen maniquíes con las caras pintadas a excepción de una mandíbula móvil. Los detalles como el pelo, accesorios móviles como ropa o la reacción a los fenómenos climáticos como el viento o físicos un derrame cerebral no están contemplados. La proeza técnica más notable es el movimiento de la cámara que dota con algo de fluidez al resultado final.

Por su parte, los movimientos faciales y la coordinación de las voces con los personajes es terrible, no es lo que se espera de cualquier título de mínima calidad. El trabajo audiovisual y la calidad deberían estar mucho más afinados, especialmente en relación con el doblaje. En cuanto a los textos, destacar que el juego está completamente subtitulado y localizado en nuestro idioma en todos los textos del juego.

Conclusiones

A niveles generales este RPG de acción es capaz de entretener sin demasiadas pretensiones, su espíritu de beat ‘em up genérico junto a las opciones de personalización permiten que The Cursed Crusade, que no pretende ser un gran juego, no sea un título imposible jugar, aunque es difícil entender por qué un desarrollador invertiría tiempo, dinero y esfuerzo para crear un juego tan superficial y falto de ambición.

The Cursed Crusade - Historia

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Elric Ruiz