Jugabilidad
Para ir entrando en materia, primero destacar que Shadows of the Damned es un shooter en tercera persona, con un estilo más refinado con respecto al presentado en Resident Evil 4 de Mikami, uno de los mejores juegos de la anterior generación de consolas. La enorme influencia del creativo japonés, al igual que el particular estilo de Suda 51, quedan palpables desde el primer momento, ya que una vez con el mando en la mano todo se torna particularmente familiar y cómodo.
Por su parte, el argumento nos pone en la piel de García Hotspur, un cazador de demonios que ha conseguido cabrear a Fleming, el jefe del inframundo, un tipo con mucha vista que se ha propuesto arrastrar a García hasta el particular infierno gestado por el equipo de desarrollo, con la intención de liquidarle contando con la ventaja de jugar en casa. El método para llamar la atención del rudo mexicano no es otra que llevarse a su novia a pasar una temporada en el infierno, donde la atractiva joven recorre el inframundo en ropa interior mientras recibe todo tipo de castigos. Como no podía ser de otra manera, García no dudará en acudir a cualquier sitio para liberar a su amada de las garras del demonio.
Aunque a través de las promociones lanzadas por la editora y la desarrolladora se ofrecía un concepto de humor más descarado y adolescente, esto no se cumple completamente, ya que los diálogos entre los personajes son relativamente buenos y no caen en el mal gusto, dejando un reguero de humor, eso sí, grueso, durante toda la aventura. De este modo los chistes con connotaciones sexuales, sobremanera los dirigidos a los penes, están muy presentes, es más, Johnson es más parecido a un cimbel multiusos que a un demonio, todo magnificado con secuencias delirantes y tomas de cámara en las que se nos permite introducir sospechosamente al secundario en oscuros y húmedos lugares que ofrecen secuencias que te harán reír o llorar, aunque están pensadas y planificadas para, como mínimo, levantar el interés del jugador, algo que no deja de estar presente durante todo el juego, al que no le faltan todo tipo de referencias a las películas de horror de serie B.
Una vez el cazador se encuentra en este oscuro plano de la existencia, se da cuenta que va a tener que cambiar el método con el que se enfrenta a los demonios, ya que en esta ocasión la caza varía por el entorno, un entorno muy hostil con nuevas reglas, reglas que separan la vida de la muerte y que tienen mucho en relación con el eterno conflicto entre la luz y la oscuridad, donde más frágiles se encuentran los humanos. Para afrontar este siniestro paseo por las calles del infierno, el cazador cuenta con la inestimable ayuda de Johnson, un demonio de gran utilidad por su capacidad de transformarse en arma, antorcha o cualquier objeto que García necesite para avanzar entre las criaturas más peligrosas del universo. Aunque la travesía se antoja complicada y el camino a seguir parece algo imposible de superar, contamos con algo de ayuda, además de la que nos prestará Johnson. Es lógico que en el infierno no encontremos botiquines, los cuales se han sustituido por bebidas alcohólicas de altísima graduación, como Sake, Tequila o Absenta. También contamos con varios elementos para coleccionar y descubrir que nos aportarán sustanciales ventajas o nos brindarán la oportunidad de comprar bebidas y munición a cambio de gemas. Hay dos variedades de gemas, las más comunes de color blanco, que se consiguen derrotando a los enemigos o en los escenarios, y que cambiaremos por material a un demonio malo, pero mucho menos que los demás. Por otro lado tenemos las gemas rojas, las más importantes y escasas, ya que nos aportan mejoras para nuestras armas, disparo de luz o salud, finalmente las Gemas Azules, que tendremos que ganar derrotando a los enemigos finales y destinadas a formar parte del cráneo de Johnson para que evolucione espectacularmente el armamento, tanto en apariencia como en potencia y prestaciones. También aunque menos determinante en el conjunto de la aventura, podemos encontrar documentos que detallan las razones por la cuales, algunos demonios están confinados a este infernal plano.
Los enemigos por su parte siguen el patrón de Resident Evil 4, con lentas aproximaciones de las hordas de demonios que aumentan su velocidad según avanzamos en la aventura y adquirimos más potencia de ataque. Esta potencia nos la brinda nuestro acompañante mediante distintas transformaciones, que convierten al demonio en un arsenal perfecto gracias al equilibrio que muestran en su empleo. De este modo contamos con transformaciones para a ametralladora, escopeta y pistola. Todas las armas cuentan con un disparo secundario esencial para afrontar los combates e iluminar las áreas, evitando que las estancias se llenen completamente de la oscuridad infernal, la cual los humanos no pueden soportar durante un periodo excesivo de tiempo.
Una vez conseguimos gemas azules las armas evolucionan y permiten más potencia de fuego y algunos interesantes extras como bolas explosivas, granadas de cráneos, etc., todo perfectamente elaborado para que los combates sean tan divertidos como gratificantes, especialmente en lo referente a los jefes finales, especialidad japonesa en general y de estos dos maestros en particular. Otro de los elementos que más destacan en los combates son los movimientos finales de García, los cuales a través de escenas repletas de potencia nos permiten ejecutar brutalmente a algunos demonios.
Gráficos
Como apuntábamos, Shadows of the Damned es especial en todo y su apartado gráfico no podía ser menos que una clarísima marca de identidad de la producción que ha adoptado el formato de una Road Movie de serie B, con texturas e imágenes sucias, además de filtros que aportan más consistencia al conjunto. El juego recoge estos elementos para mostrar acertadamente un universo plagado de detalles, referentes cómicos y muchas connotaciones sexuales construidas a través de la degeneración y depravación que se le supone al inframundo, un plano sucio, feo y oscuro.
En pugna directa y ganando claramente la mano a los gráficos desarrollados por el engine de Epic Games, nos topamos con una magnífica dirección artística que transmite todos los elementos necesarios para convertir el juego en un torrente de sensaciones y situaciones durante toda la aventura. Destacar como punto negativo algo demasiado habitual en referencia al Unreal Engine 3, algunos acabados de texturas que sufren un retraso de carga de un segundo en algunas secuencias.
Audio/Sonido
Continuando con el aspecto técnico, nos centramos en los satisfactorios y aterradores efectos de sonido, así por ejemplo, cuando estás rodeado por demonios, podrás oír sus gritos ensordecedores, aunque sin duda, lo mejor viene del talento y la música de de Akira Yamaoka, que esta rotundo y extremadamente acertado en su participación en la producción, firmando uno de sus mejores trabajos.
Conclusiones
Shadows of the Damned es una grata experiencia jugable, una experiencia definitiva para los seguidores de los tres talentos firmantes de un producto con el personalísimo sello de Grasshopper Manufacture, eso sí, en una producción menos exigente a nivel jugable, aunque igualmente divertida y apasionante. La cohesión entre Mikami, Suda y es inmejorable, con momentos diseñados para abarcar mucho y bueno, hay momentos divertidos, tensos, terroríficos, emocionantes y épicos, todo aderezado por una de las mejores obras de Yamaoka. En contraposición encontramos algunos diálogos demasiado infantiles con respecto a la propuesta, fallos gráficos y otros tantos elementos no indicados para estómagos delicados.
Shadows of the Damned - Trailer Lanzamiento
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Elric Ruiz