Con esta introducción tan desquiciada, os queremos dejar claro que el título sigue este terreno narrativo durante toda la aventura: el intento de crear una narración seria con un ambiente totalmente irreal y trastocado es lo que consigue que este Rocketbirds tenga todo lo necesario para llegar a muchos usuarios con ganas de algo fresco en sus ordenadores.

La historia de Rocketbirds nos pone en la piel de un supersoldado que tiene que luchar contra el sometimiento de la cruel raza de los pingüinos, los cuales tienen bajo un reino de terror el mundo de las aves. Con nuestras habilidades especiales para el combate y la infiltración, tendremos que ir sorteando todos los obstáculos para librar al mundo de esta terrible amenaza.

Como podréis observar, la historia nos cuenta de una manera seria un argumento a priori absurdo, lo cual es lo que consigue ganarse la simpatía del jugador desde el primer minuto de la aventura.

Lo que no ha conseguido algo más decente ha sido el sistema de control del juego, el cual se nos antoja corto y pobre una vez jugamos con él. El título se basará en ir avanzando por sus escenarios bidimensionales mientras acabamos con la vida de nuestros enemigos y resolver algún puzzle que otro. El problema dentro de los momentos de acción es lo poco depurado del sistema de apuntado del título, el cual nos obliga apuntar en una única dirección y de una forma muy limitada (no podemos disparar saltando, ni en diagonales...).

Lo dicho anteriormente se suma a los demasiado fáciles rompecabezas que el título nos plantea, siendo al final una anécdota durante todo el recorrido de la aventura menos al final, cuando estos puzzles empiezan a tener el calibre de reto. Esto puede suponer un gran problema para muchos, ya que la curva de aprendizaje para esto restos no es todo lo adecuada que debería de ser.

Metiéndonos dentro del apartado gráfico, nos encontramos con un título que brilla por si solo en este aspecto. Con una estética cartoon muy potenciada, y unos escenarios que están bastante detallados, se consigue ver en gran medida la gran labor de recreación de todo el entorno visual del juego.

Lo mejor del apartado estético, es la genial mezcla entre el apartado más serio de lo que podría ser una aventura de espías con la estética humorística de un pollo empuñando un arma y enfrentándose a un ejército de pingüinos, cosa que no tiene ningún tipo de desperdicio.

Aunque hayamos disertado acerca de lo mal calibrado que están las mecánicas de juego a priori, debemos decir que esto no tendría que ser demasiado problema en lo que viene a ser el grueso de la aventura, ya que este título tiene otras grandes virtudes que lucen con luz propia, estando el apartado estético y la propia diversión del título en el estandarte de razones del porqué hay que adquirir este juego.

En conclusión, un software que hará las delicias de los aficionados a este tipo de juegos distópicos y con toque de humor, aunque puede llegar a desesperar en momentos muy puntuales pero que se enmascaran con el todo que es el título.

Rafael Cruz Durán