Buscando una identidad propia
Para comenzar, hay que dejar claro un concepto básico: PlayStation All-Stars Battle Royale es el Super Smash Bros.. de Sony. Todo es extremadamente similar al juego de Nintendo, el estilo de los combates, los accesorios que aparecen en las peleas, la disposición de espacios, todo. No obstante, y ante la evidencia de encontrarse más cerca de lo necesario del juego capaz de poner a luchar a Mario, Link y compañía en una sola pantalla, Sony se ha permitido realizar algunas variaciones mínimas que, siendo sinceros, alteran muy poco la dinámica de juego. Un buen ejemplo es la mayor cantidad de botones asignados a los movimientos de ataque, que en esta fiesta pueden crear combos devastadores contra los oponentes. Por otro lado, mientras que en el juego de Nintendo sólo tenemos que golpear a los enemigos hasta los límites de lo aceptable para luego echarlos del escenario, en All-Stars Battle Royale se necesita acumular energía para desatar los golpes más potentes e ir sumando las eliminaciones y puntos que definirán quien es el campeón. Esta energía se obtiene al golpear a nuestros contrincantes y dispone de tres niveles de potencia que se liberan con tan solo apretar un botón. El primer nivel es el más débil de todos y afecta al luchador que esté situado más cerca de nosotros, mientras el segundo afecta a un grupo más amplio de luchadores y el tercero implica cambios en el sistema, permitiendo eliminar al resto de personajes con facilidad. Los ataques de tercer nivel no se pueden defender y suponen el principal mecanismo para ganar los combates.
Cada uno con sus historias
Una vez que comienza, All-Stars Battle Royale permite acceder a un modo Arcade con las historias de los personajes. Lógicamente, como estamos ante un juego que reúne a personajes de franquicias diversas y variadas, esperábamos como mínimo una historia sencilla donde todo el mundo comprendiera la razón de tanto golpe o un mínimo nexo de unión argumental entre el plantel de luchadores. Pues no. Cada personaje tiene su propia historia, que no tiene nada que ver con la trama de los otros luchadores. Así, los combates del modo árcade se desarrollan sin una sola línea de lógica y culminan con un jefe final demasiado genérico. Una cabeza que flota y envía replicas de otros luchadores. Un reto absolutamente innecesario y decepcionante que alimentado con una simple consecución de peleas aleatorias y un vergonzoso jefe final, piensa que ya tiene cumplidos todos sus objetivos.
Aunque en un principio la idea de ver a Kratos y a Sackboy liados en una pelea parece extraño, en PlayStation All-Stars Battle Royale esto si se transforma en diversión, ya que a primera vista, ninguno de los personajes del juego coinciden entre sí. Una pelea entre Nathan Drake, Fat Princess, PaRappa The Rapper y Raiden de Metal Gear Rising es un ejercicio incoherente, pero aquí funciona a pesar de lo extraño que se presenta todo. El título incluye 20 luchadores entre los que se encuentran los personajes más famosos de Sony. Sin embargo, era necesario incluir franquicias multiplataforma para tratar de ser atractivo, algo que se logró con la incorporación, por ejemplo, del Dante de DmC: Devil May Cry o el Big Daddy de Bioshock, algo que permite un elenco más robusto.
Demostrando potencial online
Los juegos de lucha generalmente son más divertidos cuando estás compitiendo con alguien. Pero en All-Stars Battle Royale contar con más de un jugador es un requisito casi necesario para demostrar algo de potencial. Además de ser algo más interesante, no importa cuál sea el nivel de experiencia del usuario con los juegos de lucha, ya que se puede dominar el sistema con algunas partidas contra amigos. Es un título para disfrutarse en compañía por su estilo más frenético de lo habitual y que sabe valorar la creatividad por encima de la pericia con los controles. De modo que las opciones para compartir juego son lo más apetecible del refrito de sistemas y personajes.
El sistema Cross-Controller entre PlayStation 3 y PSVita sorprende por la fluidez que demuestra entre plataformas. Al no ser un juego particularmente pesado, la versión portátil de Sony, que ahora tratamos, es prácticamente idéntica a la PlayStation 3, pero con ligeros cambios en sus controles. Incluso los gráficos de las versiones no presentan demasiadas diferencias, pues transmite la sensación de que tanto los escenarios del juego, como en general, su faceta gráfica se ha tratado como un elemento orgánico. Tan solo hay que luchar en el escenario basado en Loco Roco o en el de Metal Gear disparando misiles y rayos láser, para darse cuenta del enorme peso que tienen los escenarios en los combates, todo perfectamente acompañado por temas musicales de mucho calado y una localización de voces y textos simplemente perfecta.
Conclusiones
PlayStation All-Stars Battle Royale no es exactamente idéntico a Super Smash Bros., pero es imposible dejar de lado las similitudes del juego con el título de Nintendo. En la práctica ni siquiera Sony se ha molestado en defender la originalidad del producto. La impresión en todo momento es que simplemente se ha creado una versión ligeramente modificada de Smash Bros.. con personajes de Sony. SuperBot, desarrollador del proyecto, no ha tratado de encontrar un estilo propio con elementos innovadores. Tampoco se puede negar que incluye algunos alicientes como los combos elaborados con la combinación de botones y los artículos especiales que cambian la dinámica de la lucha, pero las formas y los modos siguen siendo poco originales. PlayStation All-Stars Battle Royale no es una mala opción para PSVita. Cuenta con una buena jugabilidad y un modo multijugador competente. Es exactamente lo que todos esperábamos cuando fue anunciado, y a pesar de lo evidente no hay nada malo en ello si descontamos la falta de originalidad.
PlayStation All-Stars Battle Royale - TV Extendido
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Elric Ruiz