El mundo de los videojuegos no iba a ser menos. Si ya disfrutamos de las entregas basadas en las películas, ahora le toca el turno a la secuela de una de las sorpresas más grandes de la pasada generación: ‘La Tierra Media: Sombras de Mordor’ demostró en 2014 que la mitología fantástica de Tolkien puede ser representada en el mundo de los videojuegos sin perder un ápice de su esencia. De hecho, Monolith Productions, encargados del citado videojuego, se marcó un tanto al convertir su título en una de las obras más recomendadas por los fans de la Tierra Media.

Ahora su secuela, ‘Sombras de Guerra’, pide paso. Un título continuista que mejora casi todos los conceptos que hicieron grande en su día a su predecesor, al mismo tiempo que introduce cambios en los esquemas jugables para elaborar una obra mucho más redonda y completa que el original. Bienvenidos a la mejor recreación de la Tierra Media.

Recuperando lo que es nuestro

La trama argumental de ‘Sombras de Guerra’ se sitúa exactamente después del final de su predecesor. Para evitar adelantar acontecimientos sobre el argumento, recomendamos completar el primero antes de leer las siguientes líneas. Dicho esto, hay que decir que el guion de esta secuela gira entorno a los personajes secundarios, más que en la figura del protagonista, ricos en trasfondo y personalidad. Contamos de nuevo con las virtudes del montaraz Talión y el pensamiento del Señor de la Luz Celebrimbor, a quienes encarna el jugador como si fueran un personaje único durante esta soberbia travesía en la Tierra Media. El objetivo no es otro que recobrar el anillo que nos ha sido arrebatado, recuperar las regiones en guerra y, como no, hacer frente y aniquilar al temido señor oscuro.

Para llevar a cabo esta titánica tarea el estudio se ha servido de videojuegos como ‘Assassin’s Creed’ como fuente de inspiración, recuperando conceptos como el parkour o las zonas a conquistar para ir desenmascarando, poco a poco, una historia que también esconde mucho en su trasfondo. Eso sí, el ritmo de la narrativa a veces no es el adecuado: en ocasiones nos topamos con multitud de secuencias de video, mientras que en otros tramos de la aventura se permite pasar horas dando vueltas por el mundo antes de liberar una secuencia que nos permita avanzar en la aventura.

Por otra parte, los que terminaron ‘Sombras de Mordor’ ya conocen el poder que acumuló Talión al final de la aventura, pues por estadística su árbol de habilidades debería estar casi al completo. Al tratarse de una secuela directa, podríamos pensar que todo lo aprendido vuelve a estar disponible desde el principio. No es así. De hecho, durante las primeras horas de juego aprenderemos, de nuevo, las habilidades que ya habíamos adquirido en el título anterior, con algunas variaciones y limitaciones para evitar que el protagonista sea indestructible, lo que haría del videojuego una travesía sin reto alguno.

En el clamor de la batalla el único aliado eres tú mismo

‘Sombras de Guerra’ aumenta el toque rolero con respecto a su antecesor. Contamos, además de con el conocido árbol de habilidades, que hay que ir expandiendo a través de la experiencia dada por cumplir objetivos principales y secundarios –así como aniquilando a los distintos jefes-, con un arsenal y armadura clasificado por su rareza; y, por último, con las gemas, que podemos engazar a nuestro equipamiento para producir nuevos efectos, con la finalidad de ser más letales, rápidos y poderosos. El sistema funciona a la perfección, y poco más de una hora es suficiente para conocer las bases y comprender que sólo con sudor y esfuerzo se logra ser lo suficientemente letal como para hacer frente a la amenaza oscura. Sin embargo, y este tema es polémico debido a su naturaleza, los jugadores más impacientes podrán pasar por caja –con micro transacciones- para alzarse más poderoso que la media en menos tiempo.

Los combates son, sencillamente, fantásticos. Ver recreadas las muertes de nuestros enemigos con descuartizamientos incluidos mientras comprobamos como otra horda de orcos está dispuesta a exterminarnos bestialmente, ofrece, en ocasiones, un importante subidón de adrenalina, y, gran parte de esta sensación es debido a su sistema de combate, que enlaza a la perfección los ataques a corta distancia, a larga distancia, huidas y traiciones de última hora. El combate es ágil, y su máximo apogeo lo vemos con la evolución de su sistema Némesis, una fórmula dinámica que tiene en cuenta las decisiones del jugador y que hacen que cada enfrentamiento cuente con momentos únicos.

Existen numerosas fortalezas en las diferentes regiones que hay para conquistar. Cada una de estas fortalezas cuenta con secuaces y jefes intermedios, que hay que aniquilar una vez hayamos obtenido información de los orcos de más bajo nivel. Lo interesante del asunto es que, a medida que vamos conquistando la fortaleza, se abren diferentes opciones a la hora de enfrentar al líder, como solicitar que se una a nosotros o dejarle con vida, por ejemplo. Sin embargo, el asunto no termina ahí, ya que es posible que en el futuro volvamos a encontrarnos con este orco –ligeramente cambiado-, y con nuevas posibilidades: una posible traición –en el caso de que decidamos reclutar al orco-, o una sed de venganza enorme –que lo hace más poderoso y con más nivel- que nos llevará a disputar un duelo a muerte. El sistema, que pierde el factor sorpresa, continúa mostrando situaciones muy vívidas, que hacen que la conquista se vuelva casi orgánica. Todo un lujo para los amantes de las guerras realistas.

En la misma línea, y llegados a un punto de la trama, hay que formar un ejército propio, nombrando capitanes y súbditos que irán subiendo de nivel. Aspectos como la moral, la relación de los capitanes, y, sobre todo, las decisiones, irán afectando tanto a la jerarquía del ejército como a su capacidad ofensiva y defensiva. Habrá que utilizar la cabeza con sangre fría si queremos mantener al ejército atento y en forma, sobre todo si optamos por el nivel de dificultad Némesis.

Reconstruyendo la Tierra Media con todo lujo de detalles

‘La Tierra Media: Sombras de Guerra’ hace gala de un potente apartado audiovisual. Si bien es cierto hay algunos modelados que ciertamente son más humildes, debemos prestar atención, sobre todo, al rostro y animaciones de los enemigos de alto nivel, que, junto a su exquisita inteligencia artificial –insistimos, el modo Némesis es donde el título despliega todo su poderío- hacen que nos sumerjamos de lleno dentro de los peligros del imaginario de Tolkien. Sí, algunas texturas y algunos elementos de los personajes no son tan buenos como cabría esperar, pero en conjunto, y ya entrando en los escenarios, la obra de Monolith se mantiene a muy buen nivel.

De hecho, los escenarios, uno de los elementos criticados por el primer título por su escasa variedad, despliegan todo su poderío en cada región del juego. Encontramos regiones desoladas, heladas, rocosas, montañosas, frondosas… todo un acierto que hacen que el mundo de ‘Sombras de Guerra’ brille con luz propia.

En cuanto a la banda sonora, si bien no está a la altura de las composiciones originales que nos erizaron los pelos en las salas de cine, mantienen un muy buen nivel durante toda la aventura. Y el hecho de que la obra nos haya llegado completamente en castellano –con unas voces más que dignas- es todo un detalle.

Conclusiones

Monolith Productions firma un título que supera a su predecesor. Las bases están asentadas, y el mimo con el que el estudio ha introducido los conceptos más demandados por los seguidores de la serie hacen de ‘Sombras de Guerra’ un auténtico imprescindible para los amantes de la Tierra Media. Además, el videojuego cuenta también con una modalidad en línea de captura y defensa de fortalezas, que funciona de forma precisa con nuestro mismo ejército del modo campaña, ranking incluido, que puede convertirse en todo un fenómeno si van implementándose nuevas características en el futuro. Lo mejor es que nuestro ejército se clona para la versión online, por lo que no hay que preocuparse de perder unidades para la campaña principal.

En definitiva, un videojuego que continúa construyendo la Tierra Media dentro del mundo de los videojuegos y que, además, lo hace de forma magistral. Pierde cierto interés, eso sí, si no somos seguidores de la estructura literaria de Tolkien, pero, en cualquier caso, la obra contiene mecánicas adictivas para satisfacer de sobra a todos los amantes de las aventuras.

La Tierra Media: Sombras de Guerra – Tráiler Lanzamiento