Muchos cambios se introdujeron en el doceavo capítulo de ‘Final Fantasy’, estableciendo así las bases para las siguientes entregas y dándole un dinamismo mucho más agradable y actualizado a la serie. Todo este despliegue de originalidad también tuvo sus detractores, pues la comunidad vio cómo el sistema del primer ‘Final Fantasy’ en línea –el decimoprimer episodio- se veía reflejado a grandes rasgos –y con novedades- en un capítulo offline: un sistema de combate activo, semi-automático, donde la personalización de las órdenes del equipo era clave para superar ciertas partes del juego; una historia alejada de estereotipos japoneses adolescentes y con fuerte carga política; y, por último, un elenco de personajes más maduro de lo habitual exprimieron las entrañas de PlayStation 2 y dieron vida a uno de los ‘Final Fantasy’ más queridos y odiados de toda la serie.
Ahora nos llega la edición remasterizada para PlayStation 4, pero no sólo mejorando el apartado audiovisual, sino también rescatando las virtudes lanzadas en la International Edition –que nunca llegó a Europa- y configurando, así, la experiencia definitiva de ‘Final Fantasy XII’. Si bien es cierto posteriormente se lanzó para Nintendo DS una secuela de la obra, y bien podría haberse añadido en un formato similar a lo visto en las reediciones de ‘Kingdom Hearts’, también para la doméstica de Sony, ‘Final Fantasy XII: The Zodiac Age’ cuenta con suficiente contenido como para justificar su compra. Veamos cómo es el mundo de Ivalice diez años después.
Ansia imperialista
La trama argumental, que vendría a ser el punto más importante de cualquier ‘Final Fantasy’, se muestra espectacular desde los primeros minutos. Tras unas secuencias generadas por ordenador, nos daremos cuenta de que en Ivalice viven dos reinos enfrentados y las ciudades de Dalmasca y Nabria situada geopolíticamente entre ambos. La cosa se complica cuando Arcadia invade estas dos ciudades declarando la guerra y buscando la redención de los pueblos. El príncipe de Nabria es asesinado en combate, la princesa de Dalmasca –Ashe- se convierte en el referente de la resistencia antiimperialista y comienza, así, un periplo que nos llevará más de 60 horas superar.
Como adelantábamos, el elenco de protagonistas difiere por completo de las personalidades clónicas a las que estamos acostumbrados dentro del género del rol japonés. Los únicos personajes que desentonan son, de hecho, el protagonista y su compañera Penelo. Ambos hacen las veces de espectadores en muchos aspectos, dejando al resto del equipo las partes importantes de la trama. Este giro no es excesivamente problemático, pero resulta chocante ver como la compañía decidió hacer una historia coral, menos centrada en las actitudes y aspiraciones de un único protagonista para darle mayor peso a personajes como Balthier, Basch o Fran.
Dejaremos la trama argumental ahí, ya que es uno de los ingredientes más sabrosos de este menú remasterizado, centrándonos así en las novedades que, con todo mimo, Square Enix ha presentado para nosotros.
Diez años después…
El primer aspecto al que tenemos que hacer referencia, sin duda alguna, es su apartado audiovisual. El videojuego mantiene animaciones y diseños de su versión original, pero aumenta en cuanto a resolución y limpieza de texturas. Sí, ‘Final Fantasy XII: The Zodiac Age’ se ve bastante mejor que en PlayStation 2, pero tampoco se aprecia un salto demasiado cualitativo, en parte, también, a que fue uno de los últimos títulos de la doméstica de Sony en aparecer en el mercado. Mejorar completamente el doceavo capítulo en toda su extensión supondría hacer el videojuego desde cero, tal y como están haciendo con ‘Final Fantasy VII’, y, desde luego, esto es algo que impediría que a día de hoy pudiéramos disfrutar de esta remasterización.
Así mismo, los tiempos de carga se han reducido considerablemente y la distancia de dibujado se ha ampliado. Sin embargo, en las ciudades más pobladas vemos como los personajes van apareciendo progresivamente –de una forma similar a lo que ocurre en ‘Persona 5’ cuando accedemos a un lugar concurrido de la ciudad-, lo que implica que no se ha optimizado por completo la obra. También debemos decir que, pese a que las secuencias cinemáticas también se han mejorado y adaptado a los formatos actuales, no resultan tan impactantes como sí lo fueron hace 10 años.
Por otra parte, el apartado sonoro sí que ha sufrido varios cambios. Podremos, de esta manera, seleccionar desde el primer momento si queremos escuchar las partituras originales o los arreglos nuevos, disfrutando de una banda sonora desde siete ángulos diferentes gracias a la inclusión del 7.1. De igual forma, podremos seleccionar tanto su doblaje original en japonés como la estupenda interpretación inglesa, todo a gusto del consumidor.
Por último, y con la intención de hacer que los seguidores que ya completaron la obra vuelvan a visitar Ivalice, Square Enix ha añadido mejoras en cuanto a la exploración. Podremos aumentar la velocidad del videojuego entre dos y cuatro veces, haciendo que las travesías sean menos monótonas tan sólo pulsando L1. El efecto descuadra, pero resulta útil para atravesar las llanuras solitarias o para llegar directamente a nuestro objetivo sin perder demasiado tiempo. También se ha incluido un mapa dinámico para no perdernos en ningún momento.
El sistema zodiacal
Además del esperado lavado de cara, ‘Final Fantasy XII: The Zodiac Age’ incluye los elementos que mejoran la obra en su versión original. Quizá uno de los puntos más polémicos de su lanzamiento original fue su dificultad, que, en función del jugador, era demasiado excesiva o demasiado sencilla. Todo esto tiene que ver con el sistema de progresión de personajes y las órdenes –llamadas Gambits - del equipo en los combates. Ahora, cada personaje podrá escoger entre doce oficios –arquero, clérigo, caballero, bruto, etcétera- para desarrollar cada héroe o heroína de una forma, haciendo que los protagonistas se diferencien por completo y se llegue a un equilibrio mucho más adecuado de cara a afrontar los peligros de Ivalice. Una de las críticas clave del original fue la similitud entre personajes, pero con este sistema de trabajos exclusivo para cada personaje el jugador tendrá libertad para darle a cada alma una función dentro del campo de batalla.
Eso, inevitablemente, hace que el título descienda unos puntos su dificultad. Por ejemplo, si optamos por hacer arquero a Vaan, éste podrá disparar a los enemigos mientras los demás personajes se colocan en sus posiciones. Los Gambits vuelven a entrar en escena, pues las órdenes binarias funcionan perfectamente. Así, podremos, por ejemplo, decirle a Fran que cure a cualquier personaje cuando éste tenga un tanto por ciento de salud; decirle a Balthier que use un objeto para revivir un personaje en cuanto caiga; usar viento para un tipo de enemigo concreto; y un largo etcétera. Así, automatizando las órdenes y gestionando nuestros recursos antes de las batallas logramos que las peleas sean espectaculares, teniendo el control en todo momento.
La última de las novedades introducidas y disponible desde el menú de juego es el Modo Desafío, donde tendremos que hacer frente a hordas de enemigos insaciables hasta llegar a los cien niveles. Utilizaremos, para ello, los personajes que vayamos desarrollando en el modo historia, así que durante las primeras horas sólo podremos aniquilar a las primeras.
Conclusiones
El mundo de Ivalice vuelve a ser protagonista en una remasterización más que notable. El videojuego mantiene la esencia original en todo momento, engrandeciendo su apartado audiovisual e introduciendo mejoras que cambian radicalmente la experiencia de juego en el plano de las batallas. La obra exclusiva de PlayStation 4 encantará a los seguidores de los videojuegos de rol, sobre todo aquellos que no tuvieron la oportunidad de conocer los entresijos políticos de Arcadia y Rozaria, aunque también la disfrutarán aquellos que ya completaron la historia en su momento.
Final Fantasy XII The Zodiac Age - Lanzamiento