Conviene no perder de vista, en absoluto, a los pioneros del género, ya que sin ellos probablemente la industria hubiera tomado un camino completamente diferente. El más relevante, con permiso de ‘Wolfestein’, es ‘DOOM’, la obra maestra de John Carmack con la que en 1993 sorprendió a la industria por su visceralidad, su cuidada jugabilidad y, por supuesto, sus ganas de enseñar sangre a borbotones. Desde su lanzamiento, ‘DOOM’ se ha convertido en un referente, y no es para menos, a pesar de que ‘DOOM 3’ fue considerado, para muchos, un quiero y no puedo dentro de la serie, lo que obligó a la compañía a tomarse un respiro que ha durado más de una década.

Y así, en 2016, llegó ‘DOOM’. Sin sobrenombres ni nomenclaturas extra, la obra se constituyó como una suerte de reinicio, regresando a sus orígenes y dejando atrás el concepto de terror que se vio en el tercer episodio. Xbox One y PlayStation 4 recibieron este brillante título, y ahora, un año después, le toca a Nintendo Switch sumar esta adaptación a su catálogo, un movimiento fantástico con el que Bethesda deja claro su intención de apoyar a la máquina de Nintendo. ¿Está Nintendo Switch preparada para acoger a uno de los clásicos del género? Veamos qué nos ofrece esta nueva adaptación.

Campaña, multijugador y contenido descargable

A grandes rasgos, la edición para Nintendo Switch de ‘DOOM’ es exactamente calcada en contenido en comparación con la versión para las domésticas de Microsoft y Sony. La campaña, una de las más largas que se recuerdan, se disfruta de cabo a rabo sin ningún tipo de problema en la plataforma híbrida. De la misma manera, también se han incluido los principales modos multijugador para disfrutar de una experiencia competitiva de alto nivel.

El modo historia nos traslada directamente al planeta Marte, donde un marine sin nombre debe hacer frente a una cantidad insultante de peligros en forma de demonios, monstruos y demás seres que pretenden desintegrarle en todo momento. La trama, en este tipo de obras, siempre ha jugado un papel secundario en aras de llevar toda la atención a la jugabilidad, que debe ser de hierro para poder satisfacer al jugador experimentado. Y, en este sentido, el estudio ha cumplido con creces. Es una auténtica delicia llevar la adrenalina y el frenesí que emanan de ‘DOOM’ a cualquier parte, gracias a la portabilidad de la videoconsola, ya sea continuando la trama argumental o jugando alguna partida rápida en el modo Arcade.

Y es que, el ciclo formado por los disparos, saltos, huidas, recuperaciones y ejecuciones, antes de volver de nuevo al clamor de la batalla es algo que pocos videojuegos representan de forma fidedigna. En ‘DOOM’ tenemos, a diferencia de otros exponentes del género, que acabar con todo lo que se mueva. No hay tiempo para el sigilo, ni para atacar por la espalda: nuestro marine debe sobrevivir a una legión de demonios agresivos y cuenta para ello con un arsenal bélico de lo más impresionante.

Las posibles dudas acerca del control se disipan rápidamente tras las primeras horas de juego. Sí, las palancas analógicas de los Joy-Con tienen menos recorrido que las homónimas del DualShock 4 o el mando de Xbox One, pero el videojuego incluye con acierto una pequeña ayuda –totalmente configurable- que nos permite dirigir la vista a los objetivos de forma rápida y natural. Tanto en la versión portátil como en su modo tabletop, ‘DOOM’ se disfruta a la perfección con los minúsculos mandos de la videoconsola de Nintendo tras un pequeño entrenamiento. Sin embargo, el videojuego pide a gritos que el usuario utilice un mando Pro, más robusto y con mayor recorrido en sus palancas analógicas. Con este accesorio el videojuego se percibe igual de preciso que el original.

Versión portátil, versión recortada

Por desgracia, el paso a Nintendo Switch viene acompañado, como era de esperar, por una fuerte reestructuración que obliga a dejar contenidos por el camino. No hablamos solo de la posibilidad de crear mapas en el multijugador –modo que se ha perdido inexplicablemente-, sino que nos referimos, sobre todo, al apartado técnico.

El primer gran recorte que sufre esta versión afecta a la tasa de imágenes por segundo, que pasa de 60fps –en sus versiones para domésticas y compatibles- a 30 cuadros. No habrá –casi- problema en el jugador que adquiera por primera vez el videojuego; sin embargo, aquellos que quieran repetir la experiencia o probar sus virtudes en modo portátil se sentirán más que extrañados al comprobar que la fluidez de la obra no está tan lograda como en el original. El recorte estaba claro, pues la plataforma de Nintendo no es comparable a nivel técnico con las demás opciones. Además, el videojuego se resiente –en algunas ocasiones- cuando nos encontramos inmersos en una batalla campal con explosiones y disparos procedentes de todos los ángulos.

A este recorte se le añade la resolución de la obra, que funciona a 720p tanto en su versión portátil como conectada al Dock. Además, y para ofrecer una calidad audiovisual similar a la versión original, la resolución va adaptándose en función del progreso del jugador, por lo que en ocasiones la resolución baja del conocido HD Ready hasta niveles inferiores. Lo que se deriva de esto es que la obra, en muchos momentos, ofrece imágenes borrosas.

Estos dos grandes “peros” no hacen que el videojuego sea malo. De hecho, es una auténtica delicia ver la espectacularidad de los tiroteos y sentir la adrenalina directamente en tus manos, estés en casa, en el transporte público o en cualquier otro espacio. Disfrutar de ‘DOOM’ en la palma de la mano es un sueño que, pese a los sacrificios técnicos, merece la pena disfrutar. Además, tanto la música como los efectos, así como el doblaje al castellano, se mantienen intactos en esta versión.

Conclusiones

La adaptación de ‘DOOM’ supone un buen punto de salida para que más estudios trasladen sus propuestas a la videoconsola de Nintendo. Bethesda ya anunció, además del presente juego, que ‘Wolfestein II: The New Colossus’ tendrá adaptación a Switch en 2018, de modo que los grandes mantras de la comunidad sobre que la plataforma no es lo suficientemente potente como para generar experiencias audiovisuales de calidad cae por su propio peso. La obra es perfectamente disfrutable en su versión para Switch, y, a pesar de que pierde por el camino algunos conceptos, los usuarios que no hayan tenido la oportunidad de jugarlo tienen una cita ineludible con este pionero de género.

Eso sí, debemos advertir que la versión digital del videojuego ocupa nada más y nada menos que 24GB, algo preocupante si tenemos en cuenta que la memoria interna de Nintendo Switch es de 32 GB. En este sentido, también tenemos que dar un tirón de orejas a la distribuidora por su versión física, que requiere de una descarga de 7,7GB para descargar el modo multijugador y el doblaje al castellano.

DOOM - Nintendo Switch