Una apuesta arriesgada aunque atractiva para el ámbito en el que se mueve: los shooter en tercera persona, un género saturado que en los últimos tiempos ha visto pasar títulos de todas las facturas, desde juegos impresionantes que han marcado historia, hasta bodrios de todo tipo y circunstancia. Dark Void se aleja de estos primeros sin llegar a los pésimos niveles de los últimos.
Jugabilidad
Dark Void nos traslada hasta 1938 y nos pone en la piel del anodino Will Grey, un experimentado piloto que realizando un transporte rutinario se queda atrapado al paso del tan socorrido triangulo de las bermudas, en un mundo paralelo denominado el vacío. A partir de estos acontecimientos Will tendrá que luchar por su supervivencia e intentar eliminar junto al resto de los humanos que también se han quedado atrapados en el Vacío, a una raza alienígena denominada Los Vigilantes y que han hecho de este espacio intermundos su cuartel general en el que esperan pacientemente el momento para invadir el planeta. Esta interesante base argumental va perdiendo fuerza según avanzamos en la aventura debido a una estructura narrativa mal planificada. Si bien es cierto que las características del juego tampoco exigen muchas mas complicaciones en la historia, este fallo en la planificación de las secuencias que aportan cuerpo a la sinopsis general del juego, sometiendo al jugador a seguir pautas argumentales sin mucho sentido y a jugar con un personaje con menos carisma que el tapón de una botella, recrudece la experiencia mas de lo necesario.
En referencia a las acciones que se realizan en tierra, contamos con un sistema de coberturas con las que podremos cubrirnos en elementos predefinidos del escenario a diferentes alturas, lo que dota de cierto aire innovador a los combates, aunque la gran cantidad de puntos de cobertura disponibles para el numero de enemigos que tendremos que eliminar, lo sencillo de la mecánica que únicamente obliga a disparar y cubrirse, la inteligencia artificial que presentan los enemigos, que literalmente se quedan parados frente al jugador sin cubrirse y que son incapaces de hacer otra cosa que andar y disparar al mismo tiempo, restan mucho interés y diversión a los combates, llegando en ocasiones a darle cierto toque ridículo.
Otro punto mal calibrado en la concepción del juego es la fuerza con la que esta dotado nuestro protagonista, capaz de eliminar a cualquier criatura con la que nos encontremos con uno o dos puñetazos para los enemigos habituales mas potentes, cuando tenemos que aplicar una razonable cantidad de plomo a los mismos para que caigan en combate, lo que incita a dejar las armas a un lado para aprovechar los puntos de cobertura e ir avanzando directamente a liarse a golpes con los enemigos, ya que la muerte en Dark Void es mas un acto de fe que una imposición del nivel de dificultad del juego, pues además de contar con un gran numero de opciones para sanarnos contamos con un sistema de recuperación de salud que actúa muy rápido una vez que hemos dejado de recibir impactos.
La interminable lista de fallos en el control, tanto en las acciones aéreas como en las que se realizan con lo pies en tierra son una constante en todo el juego, mostrando un sistema que resulta incapaz y extraño, aunque siempre podremos acceder al menú para cambiar los botones predefinidos con un nulo sentido de la accesibilidad. En ningún momento se ofrece como un sistema de control cercano o eficiente, tampoco ayuda nada el hecho de que el juego no cuente con un elemento diferenciador para las fases de vuelo y las fases a pie, ya que están planteadas como un todo, algo que no solo confunde en el control general y en el uso de la cámara, también supone la realización de un esfuerzo que no se compensa en ningún momento.
Como en todo juego de accion el armamento es imprescindible y aquí Dark Void también se queda corto, con un número de armas limitado y muy pocas opciones de personalización. Únicamente destacar la ametralladora con la que comenzamos el juego y que iremos mejorando mediante el cambio de orbes que vamos recogiendo según avanzamos en la aventura. También contamos con unas granadas que al explotar abarcan una gran cantidad de espacio y que son capaces de acabar con los enemigos que se encuentren en su radio de accion.
Una vez acostumbrados a las dinámicas y cuando empecemos a asimilarlos cambios de perspectiva y demás elementos derivados del control del Will en ambas facetas, el juego aporta momentos divertidos e interesantes, permitiéndonos realizar vuelos rasantes sobre los enemigos, secuestrar ovnis en pleno vuelo e imprimir un poco mas de fuerza a los combates terrestres que se podrán realizar desde el aire con movimientos bien definidos, mucho mas variados y sobre todo mucho mas divertidos. Una pena que se tenga que esperar tanto para que Dark Void muestre lo que tenia que haber sido desde el principio.
La campaña tiene una duración aproximada de 9-10 horas en el nivel de dificultad mas exigente y la falta de modos multijugador tampoco ayuda a alargar la vida de este juego que se perfila como poco rejugable debido a lo tedioso de las primeras horas.
Gráficos
A nivel grafico Dark Void ofrece un resultado algo desfasado para los tiempos que corren y se asemeja mas a un juego desarrollado hace tres o cuatro años que un titulo reciente que hace uso del Unreal Engine 3, aunque estos defectos se intentan suplir dotando al título con cierto aire cartoon. Los modelados de los personajes cumplen su propósito sin más, aunque cuenta con unas animaciones bastante bruscas y unos movimientos, sobre todo en el salto simple, poco veraces. Los enemigos cuentan con unos atractivos aunque poco originales diseños metálicos, destacando los jefes finales que lucen grandes tamaños y disponen de animaciones algo mas cuidadas.
El diseño artístico esta en línea con el resto del apartado grafico con una recreación de los escenarios que cumplen, mostrando en algunos momentos planos elevados bastante logrados. No se advierten ralentizaciones importantes en toda la aventura y cuenta con efectos de luz bastantes acertados cuando lanzamos una granada, mostrándose por encima del resto de características graficas que marca el juego.
Dejando de lado los bruscos cambios de perspectiva que vienen obligados por la concepción de la aventura, el juego cumple sin demasiados alardes.
Audio/Sonido
El famoso compositor musical Bear McCreary, especializado en la creación de bandas sonoras para series de televisión como Battlestar Galactica o Terminator: The Sarah Connor Chronicles, marcan el punto mas destacable de esta producción, ya que la ambientación musical que ha logrado el compositor esta a la altura de las mejores series y películas de ciencia ficción, con melodías que en muchas ocasiones engrandecen la accion.
Los efectos también están bastante logrados con sonidos característicos de producciones enfocadas a la ciencia ficción. El juego en su edición española cuenta con voces en ingles que se adaptan de maravilla a los personajes y textos de pantalla bien localizados en castellano.
Conclusiones
Dark Void deja sensaciones agridulces ya que finalmente acaba mostrando sus virtudes, aunque este momento llega muy tarde y algo mas importante, tras superar la decepción que suponen las primeras horas de juego. La mala planificación del contexto en el que se desarrolla la aventura, los inexplicables fallos, los engorrosos cambios en el control al pasar de aire a tierra o viceversa y la falta de un hilo argumental mínimamente acertado que dote de sentido a una historia que previamente no parece tan desastrosa y falta de fuerza como se define al final, hacen de Dark Void un producto muy regular, aunque le salva que finalmente destapa el tarro de las esencias mostrándose algo mas variado y entretenido. Algo que sucede demasiado tarde y no ayuda a olvidar todas las deficiencias de base que presenta. Mucho nos tememos que las aventuras de Will Grey acaban con los títulos de crédito de este fallido Dark Void.
Elric Ruiz/Carlos de Ayala