El juego empleado para el estudio permite a los jugadores conducir un vehículo a través de una colina, al tiempo que deben prestar atención a diferentes estímulos que aparecen en la pantalla al azar y que indican varios objetivos, como disparar, ejecutar maniobras o recorrer determinado espacio. Tras su empleo, los sujetos además de mejorar las habilidades propias del juego, incrementaron algunas parcelas fuera del mismo, como un refuerzo en la memoria, un mayor índice de atención, o mejoras sustanciales en los reflejos. Por otro lado, las personas de edad más avanzada recobraron ciertas habilidades cognitivas provocando patrones de actividad neuronal más complejos.