CPU: núcleos Zen 8x 2 a 3.5GHz con frecuencia variable (PS5) Vs Jaguar Dual Core a 2.13GHz (PS4 Pro)
GPU: 36 CU a 2.23 GHz desde 10.28 TFlops (PS5) Vs 18 CU desde 911 MHz a 4.2 TFlops (PS4 Pro)
Arquitectura de GPU: RDNA 2 (PS5) Vs GCN 4th (PS4 Pro)
Memoria RAM: 16 GB GDDR6 de 256 bits (PS5) Vs 8 GB GDDR5 (PS4 Pro)
Memoria interna: SSD personalizado de 825 GB (PS5) Vs HDD mecánico de 1 TB (PS4 Pro)
Detrás del simple conteo de valores que denota claramente un sustancial aumento de rendimiento garantizado por ciertos componentes de PS5 (por ejemplo, los 5.5GB de datos por segundo que el SSD personalizado de PlayStation 5 podrá manejar, a diferencia de los 50-100Mb por segundo de datos transferibles al disco duro interno de PlayStation 4 Pro) se esconde una gran potencia y versatilidad.
La transición a la arquitectura RDNA 2 también permite que cualquier comparación estrictamente numérica entre los TeraFlops proporcionados por PS4 Pro y los accesibles para los desarrolladores en PS5 sea esencialmente superflua. Pero ahí quedan las diferencias. Recordar que PS5 se lanzará en Navidad 2020 a un precio aún no definido. Su más directa competencia, Xbox Series X, también llegará al mercado durante la Navidad de este año.