Vaya por delante que ‘DriveClub’ es un buen juego de carreras, que además cuenta con todos los ingredientes necesarios para serlo, es decir, hay grandes coches, hermosos y detallados gráficos, un sistema de conducción con toques arcade y muchas competiciones. Sin embargo los fallos más graves hay que buscarlos entre las características que sus creadores enumeraban cuando anunciaron a la criatura. Y la principal es el entorno en línea y sus servidores constantemente inaccesibles para la mayoría de los jugadores. Vamos con más detalle.
Clubes y entorno en línea
Desde el principio, los creadores de ‘DriveClub’ se adueñaron del concepto que asocia carreras y competiciones aún más emocionantes en un entorno social y competitivo. Y como nodo central de este concepto se encuentran los clubes. Cuando el jugador se junta con cuatro amigos del club, tiene la oportunidad de competir contra otros corredores en línea de diferentes grupos para ir ganando reconocimiento, categoría y premios, ya que algunos coches se desbloquean cuando el club obtiene un buen rendimiento.
El mayor problema a estas alturas es que la mayoría de los clubes y funcionalidades relacionadas se limitan a un desesperado intento para comunicarse con los servidores, una espera eterna representada por un varios mensajes de error y el circulo que indica "cargando". Incluso las características asociadas con la puntuación y la personalización de los clubes parece mágicas, o como mínimo itinerantes, ya que aparecen y desaparecen sin previo aviso.
Básicamente, lo que hemos comprobado en la cuarta semana desde su lanzamiento es que en Evolution han intentado saltar a la pata coja un muro más alto que ellos. El intento de ampliar lo que se había visto en anteriores ediciones de series como ‘Forza Motorsport’ y ‘Need for Speed’, aparentemente, no ha acompañado con la adecuada planificación de la infraestructura necesaria, algo que genera mucha frustración entre los jugadores. Aunque ‘DriveClub’ repetimos es un buen juego en entornos offline, sería difícil considerar que bajo estas condiciones el siguiente paso de las carreras en consola vaya a correr de su mano. De todos modos la única solución ahora es esperar que Evolution retome el control y pueda poner las cosas en orden. Sea como fuere el juego y la marca ya está tocada de nacimiento.
Entre arcade y simulación
Del mismo modo que el recientemente lanzado ‘Forza Horizon 2’, ‘DriveClub’ también posiciona su modo de juego en el espectro entre simulación y arcade. Sin embargo, a diferencia de la apuesta de Microsoft, el juego de Evolución termina cayendo un poco más hacia el lado de la simulación. Por lo tanto, la física de frenado y la dificultad en las curvas no es tan difícil como en un ‘Gran Turismo’, aunque no termina de ofrecer la sencillez en el control de algún ‘Need For Speed ‘surrealista de ingrato recuerdo. Además, los controles varían lo suficiente según el vehículo y el tipo al que pertenece que es fácil reconocer a grandes rasgos la conducción de un Ferrari, un Mercedes o un potente Aston Martin.
Pero la relación que ‘DriveClub’ prometía con el jugador aspiraba a algo más que superar la bandera de cuadros en primera posición. Algo que por otro lado hace bien en offline, aunque como en prácticamente todos los exponentes del género se limita a producir eventos competitivos de diferentes modalidades donde se suman puntos en campeonatos repartidos en varias carreras o pruebas. Además el jugador puede participar en retos específicos en cada competición, como por ejemplo mantener una velocidad constante en determinados puntos de la ruta, lograr un mínimo de puntos, etc.
El sistema de Inteligencia Artificial también acumula algunos detalles que llaman la atención. Por ejemplo, ‘DriveClub’ tiene sus propias reglas en cuanto a trazadas y salidas de pista, es decir, para evitar que el piloto pueda atajar en ciertos recorridos, el sistema lo castiga con una disminución de los puntos o una caída de velocidad obligatoria durante un breve periodo de tiempo, algo muy a tener en cuenta, ya que con salirse un mínimo de la calzada se aplican estas condiciones. Y esto es un problema cuando se aplica a todos los jugadores y se pasa por alto en los vehículos que maneja el propio sistema. En contrapartida se han eliminado las líneas de frenado tradicionales y se ha optado por un sistema mucho más sutil, situando elementos de advertencia en la parte exterior de las trazadas. Dependiendo del color (verde, amarillo o rojo) el piloto recibe con bastante exactitud cómo defenderse en la siguiente curva.
Detalles de esplendor
Algo que no se puede negar es que el trabajo realizado con los coches de ‘DriveClub’ es impresionante tanto por fuera como en las recreaciones que se han realizado de los interiores de los vehículos. La atención a los detalles realmente llama la atención, tanto por la fidelidad en la recreación de los interiores de más de 50 iconos de la automoción (disponibles en el paquete de inicio) y en la forma en que las luces y reflejos se marcan en las carrocerías.
La experiencia de la competición durante la puesta del sol, por ejemplo, es algo sobrecogedor y únicamente superable por las carreras nocturnas, todo un espectáculo cuando se sitúa la cámara en el interior del coche mientras vuela a 300 kilómetros por hora. Aunque todavía no ha recibido ciertos efectos previamente anunciados como la lluvia y la nieve, realmente es difícil mirar el horizonte y no sorprenderse por el realismo de las nubes, la iluminación o la vegetación. Pero en cuanto a los vehículos, tal vez la cuestión más llamativa de ‘DriveClub’ es la ausencia completa de vehículos japoneses y americanos entre los modelos que vienen con el juego, excepto el Hennessey Venom GT, aunque el proceso de fabricación es multinacional.
Personalización de bajo nivel
Los amantes de la llave inglesa, el diseño gráfico y las pegatinas no van a encontrar aquí el nivel de personalización de otras ofertas que prácticamente permiten realizar ajustes que van desde lo estético hasta prácticamente las tuercas y pernos del motor. Pero, sí, hay algo de personalización. De hecho es posible variar la pintura de los coches con los colores elegidos para el club y la ayuda de tonos, líneas, formas y varios emblemas. Nuestro piloto o avatar también puede variar alguna parcela de su aspecto, aunque no pasa de unas pocas caras, algo de ropa y modelos de peinado predefinidos.
Conclusiones
Es muy difícil evaluar ‘DriveClub ‘en su totalidad mientras continúe en ese estado semi-catatónico en el que se encuentra la arquitectura de sus servidores. Después de todo, actualmente solo ofrece acceso a un puñado de mensajes de error que indican que la separación entre el juego de carreras arcade de toda la vida y la porción en línea de juego social, competitivo, planificado y anunciado a bombo y platillo por Evolution Studios, es enorme. De hecho, la idea de formar clubes, ganando reconocimiento e invitar/desafiar a amigos para competir defendiendo los colores de su propio club, es sumamente atractiva sobre el papel, pero hasta ahora ‘DriveClub’ es sólo un buen juego de carreras que vive entre el arcade y la simulación.
Por supuesto cuenta con gráficos sobresalientes en paisajes, vehículos y los efectos atmosféricos que incluye el juego, el resto de los anunciados siguen desaparecidos, están orquestados con maestría, lo que proporciona un tremendo aspecto en movimiento. Pero no es suficiente cuando se promete algo mucho más grande y profundo. La pregunta ahora es si Evolution Studios será capaz de sacar adelante el proyecto y ponerlo a funcionar correctamente, algo que no parece tarea fácil.
DriveClub - Rain Gameplay in Canada