La adquisición de las acciones de Gameloft ha sido cuestionada por un sector de los inversores. La empresa centrada en títulos para telefonía móvil y dispositivos inteligentes ha sido puesta en entredicho en múltiples ocasiones, ya que entre sus últimos movimientos se incluyeron recortes en la delegación de Tokyo y el cierre de su oficina en Seattle. La compañía, en su día, definió la división de Seattle como “uno de los siete estudios no rentables” que serán cerrados en 2015. Por su parte, la multinacional no ha realizado comentarios sobre la compra de acciones más allá de explicar que la decisión tiene “el fin de utilizar el efectivo disponible” de la compañía.