“No es un problema de diseño de los controles Joy-Con, y de hecho, no estamos trabajando extra en repararlas o sustituirlas. Una variación de fábrica ha tenido como resultado interferencias inalámbricas en un pequeño número de Joy-Con. Esto no supone un problema para el futuro, ya que el error ha sido detectado y corregido en la fábrica.”, explican.
Aunque desde el fabricante no quieren admitir abiertamente el volumen real del problema, curiosamente un editor de CNET, Sean Hollister, ha publicado que, tras detectar el error envió el Joy-Con a Nintendo para su reparación. Al poco tiempo recibió el mando funcionando sin ningún problema y se decidió a abrir el controlador para comprobar si había sido manipulado. Rápidamente descubrió un cuadro de espuma conductora en la esquina inferior derecha del dispositivo, muy cerca de la antena. Este material se utiliza para evitar interferencias en dispositivos electrónicos. Posteriormente, Hollister retiró la espuma y el mando comenzó a repetir los errores. En todo caso, Nintendo sí reconoce que existen los problemas de conexión e invita a los usuarios afectados a enviar la consola al servicio técnico para que sean reparados o sustituidos sin coste.