Para los ojos de los consumidores poco acostumbrados a los videojuegos, ‘Fallout 4’ podría pasar por una obra con importancia relativa, de hecho, es continuista y su estética no se encuentra en la línea de las últimas superproducciones de una industria empeñada en guiar al jugador por pasillos bajo fastuosos gráficos y rácanas mecánicas, pero los seguidores de la serie conocen a la perfección sus bases: libertad, expresividad e interactividad. En realidad estos elementos se encuentran entre las características principales de los productos que promueve el sector, pero hay muy pocos títulos capaces de combinar y acertar plenamente con los parámetros. ‘Fallout’ permite al jugador sobrevivir en un mundo destruido, lo hace bajo una ambientación retrofuturista capaz de emocionar con altas dosis de humor negro, historias de corte humanista, un sólido universo y centenares de referencias propias como la Nuka Cola o el popular Pip-Boy, que se ha convertido en todo un ícono.
Bienvenido al Yermo. Bienvenido a Boston
Con estas referencias no es de extrañar el revuelo formado desde el anuncio de la cuarta entrega de la serie. Una nueva ciudad, un tiempo futuro y prácticamente todas las formas posibles de supervivencia se dan cita en ‘Fallout 4’, una entrega repleta de aventuras y emociones derivadas tanto de su historia como de la toma de decisiones sobre un conjunto que tiene su punto más débil en la parcela técnica. En cualquier caso, los humanos nos resistimos a aprender y la raza finalmente optó por convertir la Tierra en su particular campo de batallas nucleares.
2077 fue el año de inicio de las hostilidades nucleares, pero ‘Fallout 4’ tiene lugar aproximadamente 200 años después del desastre. El escenario principal en esta ocasión pone su atención en la ciudad de Boston y sus devastados alrededores. Aunque es necesario tomarse un tiempo para comprender en toda su magnitud el alcance de este decrépito escenario, vale la pena comentar, para ir abriendo boca, la increíble cantidad de terreno que ofrece y la densidad con la que se ha dotado al conjunto. En ‘Fallout 4’, el jugador determina el nombre, sexo y especificaciones físicas del personaje mediante una herramienta de creación muy completa que incluye cantidad de variables, algo que permite la creación de un ser humano único en función de las características elegidas. Estas se reparten mediante el sistema S.P.E.CI.A.L. y sus siete atributos: Fuerza, Percepción, Resistencia, Carisma, Inteligencia, Agilidad y Suerte; todos afectan a la supervivencia en el yermo y se pueden ampliar con nuevos rangos. Estas decisiones también son relevantes a efectos de jugabilidad y la primera está relacionada con el valor inicial de los 7 atributos. En cualquier caso se eligen antes del caos nuclear y una vez fuera del refugio el juego permite cambiarlos. La subida de nivel se basa en los puntos de experiencia, no en el uso de las habilidades. Sin embargo, el ritmo al que se aumentan niveles es más rápido que en la anterior entrega, de manera que se amplían las posibilidades de elegir extras y subir niveles.
Trabajando en un mundo mejor
Una vez hemos creado el personaje, se desarrolla la breve parcela de la historia que transcurre sobre un planeta limpio y en paz. Pero el tiempo parece correr en su contra y el jugador tendrá el tiempo justo para conocer a este abnegado padre, su entorno y su familia. Rápidamente se abrirá paso el caos. Por supuesto, no todos tuvieron la suerte de salvarse en refugios a prueba de radiación. Los búnkeres antinucleares, conocidos como Vaults, fueron construidos por la empresa de tecnología Vault-Tec con la idea de preservar la humanidad en caso de guerra nuclear, pero no había hueco para ofrecer refugio al grueso de la población o en el caso que nos ocupa, para ser criogenizado en familia durante todo el periodo. Para esta última situación sólo los ciudadanos con buena salud, mínima propensión a las enfermedades y unas determinadas cualidades fueron los seleccionados para aguardar cómodamente el resurgir de la humanidad en la tierra. Nuestro protagonista y su familia pertenecen a uno de estos grupos. Qué suerte ¿no?, parece que no tanta. En algún momento posterior a la hibernación, el personaje despertará de un sueño de 200 años para observar impotente una desagradable escena. Tras pasar dos siglos congelado, el jugador se ve obligado a escapar del refugio 111 y emprender un durísimo viaje entre las ruinas de Boston que le llevará investigar lo sucedido en el refugio.
En ‘Fallout 4’, la historia y el periodo que se abarca es diferente, mostrando una población que se adapta a un nuevo mundo. Para ellos, esta forma de vida supone todo su universo aunque luche por reconstruir una sociedad con los pocos retazos que se conservan de tiempos mejores, pero habrá que trabajar mucho y muy duro para lograrlo. El Yermo está repleto de enemigos, bestias, criaturas mutantes y grupos violentos. Pero el jugador no estará solo en este viaje, a lo largo de la aventura recibirá la ayuda de supervivientes para construir colonias donde los residentes se encuentren seguros. Para ello contamos con un interesante editor que permite al jugador demoler y construir nuevas instalaciones con multitud de detalles para que los residentes se encuentren seguros y cómodos, algo que no siempre será una tarea fácil. Además de proporcionar luz, agua, comida y cobijo, los habitantes necesitarán seguridad, ya que no resulta buena idea montar una serie de complejos y no protegerlos adecuadamente.
Una vez que el jugador logra que el asentamiento alcance un determinado nivel de población y recursos, llamará la atención de todo tipo de grupos invasores destinados a dejar el lugar reducido a polvo. De manera que vallar los recintos, construir trampas, preparar las torretas y asignar personal a los accesos, debería complicar las cosas para los asaltantes. Aunque esto también depende del tamaño y la cantidad de enemigos. Pero ir creando asentamientos y verlos prosperar es muy satisfactorio en virtud de los muchos elementos de gestión disponibles para las infraestructuras, de hecho, aporta un nuevo nivel de profundidad al juego y añade una importante responsabilidad al jugador.
Ya que estamos con los rangos de gestión no podemos pasar por alto uno de los valores más representativos de la marca, un elemento que supera incluso a los rubios cabezones que hay repartidos por el juego, nos referimos al popular Pip-Boy, el dispositivo de muñeca que, en esta ocasión, recogemos a la salida del refugio 111 y que en gran medida sirve como elemento principal para superar los obstáculos y los muchos desafíos que nos esperan en el mundo exterior. Con el Pip-Boy el jugador controla prácticamente todo lo relacionado con la equipación, armamento, registro, inventario, misiones, sintonizar las emisoras de radio y las llamadas de auxilio que ofrecen los diferentes territorios. La configuración y empleo del dispositivo no varía mucho con respecto a la anterior entrega y aquí los seguidores de la serie encontrarán pocos problemas para realizar cualquiera de las gestiones.
Entre las referencias conocidas, además de los enemigos y bestias de la franquicia, también encontramos viejos conocidos como Albóndiga, el fiero y comprensivo compañero perruno; o Codsworth, el eficiente robot mayordomo, entre otros. En realidad el contacto con mayores núcleos poblados será una constante en el juego, y en realidad se trata de una característica que ofrece un nuevo enfoque a la serie. Si en ‘Fallout 3’ la humanidad prácticamente había sido erradicada y el jugador era uno de los pocos supervivientes, aquí la situación es radicalmente opuesta, la humanidad ha logrado mantenerse y solicita una segunda oportunidad. Dependerá en gran medida del jugador que el ser humano se haga de nuevo con el control de Boston.
Completa libertad de acción
Es innegable que ‘Fallout 4’ goza de ese principio de libertad que permite a los jugadores ser quiénes quieran, algo que por otro lado, otorga significado al juego de rol. Desde elegir los rasgos faciales del personaje hasta seleccionar una línea de diálogo bajo un nuevo sistema que tampoco resulta muy acertado. En cualquier caso la libertad de elección permite al jugador adoptar un papel con peso más allá de indicarle cómo y dónde. Pero teniendo en cuenta que ‘Fallout 4’ es un juego de rol de mundo abierto, las posibilidades son prácticamente infinitas. Aquí la comparación con su antecesor es inevitable debido a las ligeras diferencias que guarda en la estructura de las misiones, que separa objetivos principales de secundarios para avanzar en la línea principal, así como la libertad para afrontar la enorme cantidad de misiones secundarias o la siempre fructífera exploración sobre el terreno. Las prioridades en cualquier caso se dejan muy claras desde el inicio del juego, sin olvidarnos de crear comunidades y una fuerza de defensa para los más necesitados de esta tierra hostil. Para lograr un mundo más realista se ha optado por permitir que los habitantes del Yermo sigan desarrollando sus vidas mientras el jugador no se encuentra en el entorno. Por ejemplo, no es extraño encontrarse con peleas, altercados y conflictos en el extenso mapeado que ofrece la entrega. En cualquier momento un grupo de necrófagos salvajes puede aparecer y atacar a un grupo de campesinos o una manada de supermutantes puede arrasar una instalación de saqueadores. Y la decisión de inmiscuirse es del jugador, claro, que tanto actuar como pasar de largo tendrá sus consecuencias.
Aunque no esté en la naturaleza del personaje, también es muy gratificante jugar fuera de los límites que marca la ley. Diamond City, una de las ciudades iniciales dirigida por una especie de alcalde, puede ser un buen punto de partida. También se abren paso nuevas revelaciones sobre The Institute la organización secreta que construye androides con apariencia completamente humana y la organización Railroad, aquella que animaba a los androides a escapar del yugo de sus propietarios. Pero en todo caso y con miles de rincones donde encontrar nuevas e interesantes micro-historias, ‘Fallout 4’ lleva la escala de vida útil de un videojuego a un nivel estratosférico.
Acción en cada rincón
Para tener éxito en cualquier acción de peso en ‘Fallout 4’, el jugador debe, sobre todo dominar el sistema de juego. Por suerte contamos con el sistema mejorado de tiro asistido de Vault-Tec: el VATS dinámico (Vault-Tec Assisted Targeting System). Con VATS, todo es más fácil y la vida es más feliz en el Yermo, además se gastan menos balas durante la aniquilación de un enemigo. El sistema permite que la imagen se frene de manera que el jugador pueda elegir un lugar adecuado para disparar. La probabilidad de acierto se enumera sobre todas las partes que componen la forma de vida, ya sea insecto, humano, humanoide, robot, animal, mutante, supermutante o necrófago. No hay demasiado problema con la munición en Boston, pero mantener un nivel alto de precisión es muy importante para salvar innumerables combates, siempre que optemos por no tomar alguna droga que ralentiza el tiempo, esto seguramente nos salve de la situación pero nos creará otro tipo de problemas de salud más adelante. En todo caso, el sistema es perfecto para sorprender al enemigo ya que puede activarse tan pronto como aparece un blanco potencial. Tanta precisión en el disparo se traduce en piernas y cabezas que explotan con toda la carga sangrienta que conlleva.
Si el jugador resuelve que le apetece encarnarse como el mismo espíritu del salvajismo, tan solo le hace falta un disparo; y de hecho, no hay restricciones: es posible llevar a cabo una matanza en una granja, un bar, un asentamiento, no importa qué o quién esté alrededor. Por supuesto, deberían primar las relaciones pacíficas entre miembros de la misma especie y en muchas ocasiones es preferible animar a nuestro interlocutor con unas chapas (el dinero del juego) o convencer a la otra parte en base a la sabiduría para lograr nuestros objetivos que comenzar un tiroteo.
En relación a la potencia de fuego, las configuraciones para las armas son impresionantes y sólo aumentan la emoción que transmite el juego con un arsenal repleto de armas base de todo calibre y condición, que se pueden modificar hasta crear centenares de combinaciones. Además del importante cambio en nuestra experiencia de juego que ha supuesto la fabricación y mantenimiento de la Servoarmadura. El diseño de arte en este aspecto es sobresaliente en la combinación de elementos característicos de décadas pasadas, como los viejos modelos de automáticas aderezadas con un toque de tecnología futurista que parece partirse tras la Segunda Guerra mundial.
Gráficos y música
En referencia a su vertiente técnica, se repite el impecable trabajo realizado por el equipo de arte del juego. Aunque se conservan absolutamente todas las referencias y la iconografía de la marca, incluidos los errores típicos de la desarrollara como las bajas texturas, los modelados faltos de carácter y las animaciones poco elaboradas, todo es más colorido de lo que esperábamos. El ecosistema predomina en vegetación de tipo matorral con conjuntos de árboles más densos y el agua ofrece la sensación de estar menos contaminada, pero en contraposición, Bethesda ha implementado un sistema meteorológico con tormentas radioactivas. La cantidad de terreno que abarca el juego es impresionante, todo regado de detalles que no siempre se generan en tiempo real. A esto tenemos que sumar que los tiempos de carga no se han optimizado al nivel de otras características como la banda sonora y los efectos de sonido.
Por otra parte, la música es un elemento fundamental en la saga, tanto que es capaz de definir la atmósfera de la experiencia. En definitiva, es un mensaje dirigido al jugador que le recuerda el momento y el lugar en que está. Esto es especialmente importante al deambular por el yermo, ya que la experiencia está dominada por la nostalgia, tanto por las anteriores entregas como por el mundo que ha quedado atrás. Para reforzar este aspecto, se ha aumentado considerablemente la cantidad de música disponible en el juego así como su variedad. De la misma forma que se han invertido aproximadamente 13.000 líneas de diálogo, que llega completamente doblado al castellano con interpretaciones tristes y carentes de emotividad.
Conclusiones
Bethesda Game Studios se supera y con ‘Fallout 4’ firma una continuista aventura postnuclear de proporciones épicas bajo el amparo del Yermo de Boston. La desarrolladora vuelva a coronarse como el rey de la interacción dando la oportunidad de cambiar el mundo de juego, ya sea moviendo un mueble de lugar o matando a cualquier personaje. La producción ofrece al jugador una interesante historia con mayor flexibilidad, libertad absoluta de movimientos, cantidad de misiones, opciones casi ilimitadas de interactuación, posibilidades para modificar el mundo pieza a pieza, destrucción por doquier, enormes peligros, una ambientación muy especial y altas dosis de acción enmarcadas entre personajes intrigantes y otro contexto, aunque por desgracia se repiten los errores históricos de la serie a nivel técnico.
Fallout 4 - Tráiler Lanzamiento