Un futuro en guerra
Como sucede en los últimos títulos de la marca, en ‘Call of Duty: Black Ops III’ los jugadores son enviados de nuevo a una confrontación en el futuro, más concretamente al año 2065. Pero no adoptaremos el papel de un soldado convencional, como ocurría en la trilogía ‘Modern Warfare’ o en ‘Black Ops’ por ejemplo, en primer lugar, porque se trata de una nueva Guerra Fría en la cual los soldados tienen habilidades para controlar todo tipo de máquinas. Desde el principio, en lugar de controlar un soldado con las identidades icónicas de la franquicia, como por ejemplo, Soap MacTavish o Alex Mason, el juego nos ofrece la libertad para crear un avatar que brinda resultados menos genéricos.
Treyarch es conocida por ofrecer buenas historias en sus juegos, como por ejemplo ‘World at War’ o el nuevo arco abierto con ‘Black Ops’, pero las cosas son algo más decepcionantes en ‘Call of Duty: Black Ops III’. No se trata de desechar directamente la campaña, de hecho, todavía conserva momentos divertidos que se deslucen a base de clichés e inconsistencias. La historia comienza situando al jugador en un futuro distópico donde el armamento es la principal baza de los fabricantes de tecnología. Todo tipo de robots, drones y artefactos explosivos no parecen suficientes como para combatir en una época llena de conflictos. El jugador entrará en contacto directo con su personaje en plena operación de rehenes que termina muy mal. Un lustro más tarde nuestro personaje se recupera tras sufrir la reconstrucción de gran parte de su cuerpo, transformado ahora en una auténtica máquina de guerra que la CIA utiliza para luchar contra los Inmortales, un grupo terrorista que termina resultando una amenaza para la paz. Desde este punto, el jugador se embarca en un viaje repleto de acción alrededor del mundo sin salirse un ápice de los parámetros marcados por la serie. Aunque la historia no es especialmente evocadora, la incorporación de la campaña cooperativa es una de las nuevas características que mejor sienta a la producción.
!A la rica carne muerta!
Pero si la campaña tiene sus altibajos, hay un punto en el que Treyarch siempre deposita mucha energía, se trata del modo zombi. Quién conozca algo de la desarrolladora, será consciente que Treyarch fue el estudio responsable de la introducción de los zombis en ‘Call of Duty World at War’. La incorporación del modo fue celebrado por la mayoría de jugadores de la franquicia y terminó por convertirse en un elemento obligado en las producciones del estudio, por lo tanto era de esperar su presencia en ‘Call of Duty: Black Ops III’. De la misma forma que sucedía en iteraciones anteriores, el modo nos permite luchar desde el más allá con una historia de fondo que invita a la matanza indiscriminada de zombis. El juego esta vez nos sitúa en el centro de una ciudad ficticia en la década de los 40 y ofrece al jugador la capacidad de controlar cuatro personajes: una mujer fatal, un mago que esconde muchos trucos, un policía y un misterioso boxeador que coinciden en el mismo plano de realidad, y al darse cuenta de que todos tienen una extraña marca en la mano, deciden unir fuerzas para averiguar lo que está pasando.
A diferencia del proceso que implica los zombis del juego anterior, aquí hay una serie de acciones para llevar a cabo en un plazo de tiempo. Como es habitual, al principio el jugador se encuentra en un área limitada y debe invertir parte de sus puntos en desbloquear nuevos caminos que no sólo aumentarán su espacio de movilidad, también facilitará el acceso a nuevas armas y, por supuesto, a continuar la historia. El modo conserva todo su atractivo y acumula cantidad de elementos característicos como las máquinas expendedoras que otorgan beneficios o las Gobblegun, que permiten al personaje obtener poderes especiales de carácter temporal (muy útiles en momentos de agobio), por no hablar de los extras que dejan los muertos vivientes al caer, como multiplicadores, la reposición de la munición o la popular bomba que envía todas las criaturas al infierno, entre otros.
Batalla en línea sin cuartel
A estas alturas, muchos deben estar preguntándose por el funcionamiento de los modos en red, uno de los pilares fundamentales de cualquier ‘Call of Duty’. Para comenzar, destacar que el sistema de equipación de ‘Black Ops’ también está presente en la nueva entrega, es decir, incorpora la fórmula en la cual el jugador tiene que seleccionar 10 artículos para su personaje, ya sean armas, accesorios, granadas y otras mejoras. Aquí hay un punto en el que Treyarch ha tratado de innovar y lo ha logrado con éxito. Con la opción de ‘Especialistas’ los jugadores controlan personajes dotados con unos poderes definidos en lugar de avatares genéricos. La lista inicial recoge cuatro opciones iniciales (Ruin, Battery, Outrider y Profetc), seguidas por otras cinco que se desbloquean a medida que el jugador acumula niveles (Seraph, Nomad, Reaper, Spectre y Firebreak).
Cada uno dispone de dos habilidades diferentes que el jugador debe seleccionar antes de entrar en combate, y el hecho de tener tanta variedad de personajes con habilidades distintas hace que sea aún más divertido. Además no sólo en este punto se perciben diferencias entre los personajes, ya que sin restricción de armas, ayudas o accesorios, cada jugador puede elegir y conformar el equipo que mejor se adapte a su perfil de lucha. Con el sistema de 10 elementos, las posibilidades en el campo de batalla son muy numerosas, y resulta complicado encontrar un personaje idéntico a otro.
Aquí tenemos un conjunto que funciona extremadamente bien para el multijugador: varios personajes para dar una diversidad al campo de batalla, el sistema de 10 elementos, mapas grandes y muy variados, puntos para correr a lo largo de las paredes, zonas abiertas para utilizar rifles de francotirador e incluso secciones cerradas susceptibles de festín con ametralladoras y escopetas, todo sobre 12 mapas con distintas temáticas y 17 modos de juego.
El apartado gráfico ofrece un conjunto sólido con notables resultados en cada una de las parcelas como animaciones y texturas. Cerrando este paquete, también hay que destacar el doblaje del juego, que aún deja esa sensación de que se merecía algo un poco más sofisticado, pero vamos, cumple su función. Sin embargo, es imposible no darse cuenta de que hay errores de sincronización entre lo que escuchamos y el movimiento de la boca de los personajes.
Conclusiones
‘Call of Duty: Black Ops III’ no debería estar relegado al rincón de las peores propuestas de la serie. Sí, es más de lo mismo y aunque su campaña no brille tanto como en los otros dos juegos que componen la trilogía, es capaz de proporcionar buenas cotas de diversión. El modo zombi, a su vez, resplandece como se esperaba y sin duda es una de las virtudes más evidentes el juego. El multijugador, también llama la atención con la incorporación de nuevos conceptos que brindan más variedad a los combates. En definitiva, se trata de un título recomendable para aquellos que no estén hastiados de la fórmula y les gustaron los anteriores ‘Call of Duty: Black Ops’, aunque este juego es el más débil si lo comparamos con los otros dos.
COD: Black Ops III Live Action Tráiler - "Alcanza la Gloria"
