El Assassin's pirata
La incorporación del bucanero a la lista de héroes y personajes que arrastra la franquicia, esta vez, va algo mas allá de cambiarle la cara a un traje. Además de evidentes mejoras en la jugabilidad, 'Black Flag' ayuda a expandir la mitología creada por Ubisoft para mostrar que los buenos no sólo dan vida a los protagonistas de Assassin's Creed, ya que mientras los héroes anteriores luchaban por ideales o sueños, Edward Kenway prefiere los placeres terrenales y el modo de vida de un pirata, sin más causa que la propia. Un giro interesante, que sin embargo, deja de lado parte de la esencia de la franquicia. No podemos ignorar que el reto de toda serie anual es llevar novedades y acumular alicientes para no defraudar al consumidor, y por consiguiente seguir gozando de su interés, algo en lo que Ubisoft es especialista. Y 'Assassin's Creed IV: Black Flag' es un claro ejemplo de ello. El nuevo juego recoge todo lo que funcionó correctamente en las obras anteriores y corrige los fallos de estos últimos. Aunque realmente no existe un salto en cuanto a innovación similar a la transición de ''Assassin's Creed III: Revelations', 'Black Flag' mejora y mucho en prácticamente todos los aspectos relacionados con las mecánicas de combate y exploración. En comparación con sus predecesores, 'Assassin's Creed IV' es mucho más refinado y práctico.
El mayor ejemplo es el sistema de navegación, mucho más simple y asequible que en la entrega anterior. Surcar los mares ya no supone "un poco más", y se convierte en parte fundamental del juego, ya que casi pasaremos más tiempo en el barco que en tierra. Y para que esto sea posible, se han realizado algunos cambios para facilitar el manejo. Para comenzar, el control de la nave es mucho más fácil y cómodo. Además de permitirnos navegar a velocidades mucho más altas - dejando atrás los aburridos viajes anteriores - también se ha rediseñado el uso de armas de fuego para hacer de las peleas un elemento más dinámico. Además, los ataques a navíos ya no son tan engorrosos, ya que los disparos se pueden ejecutar desde cualquier ángulo. Esto puede parecer un cambio simple, pero realmente marca una gran diferencia en nuestra existencia como pirata. La posibilidad de cambiar el tipo de munición y la libertad para atacar desde diferentes frentes permite que todo sea mucho más ágil, ya que ahora el jugador evita perder el tiempo con las maniobras del buque.
Por otra parte, esta evidente ventaja se compensa con un notable incremento en la cantidad y el tipo de los buques enemigos. La variedad de barcos es bastante grande y enfrentarse a algunos puede darnos más de un disgusto. No obstante, se puede analizar previamente la potencia de fuego y el tipo de carga que cada oponente guarda en sus bodegas. De modo que en cualquier caso, podemos decidir entablar batalla o huir a la velocidad que nos permita el viento, algo que no siempre resulta sencillo.
Asesino, pirata y explorador
Otra variación interesante está asociada al control del timón, ya que en esta ocasión, Edward tiene total libertad para abandonar el control y atender otras tareas en el barco, o simplemente para descansar o jugar en alta mar. Este pequeño detalle abre un interesante abanico de posibilidades. En primer lugar, las opciones se amplían considerablemente, lo que significa que el asesino se puede detener en alta mar para ver qué secretos se esconden en una pequeña isla, recoger restos de un naufragio, cazar tiburones y ballenas o bucear en busca de tesoros hundidos. Como última novedad importante, después de una batalla naval, ahora no sólo se puede invadir y saquear la nave enemiga, también se puede emplear tanto para aumentar nuestras provisiones como para ampliar el tamaño de la flota -algo que faltó en 'Assassin's Creed III'. Sin embargo, la posibilidad de entrar y salir del barco en cualquier momento no es el único incentivo para explorar el mundo de 'Assassin Creed IV'. De hecho, casi todo puede ser visto como una invitación a dejarse invadir por la curiosidad que despierta cada zona del mapa.
'Assassins Creed IV' no innova mucho en las mecánicas de combate, que también ha sido refinado para ofrecer un mayor grado de dinamismo a las secuencias de acción manteniendo el estilo más ágil y simplificado de la última entrega. La diferencia está en las nuevas opciones para el arsenal. Mientras que Connor siempre estuvo acompañado por su inseparable hacha, su abuelo es un hombre más práctico. Además de las emblemáticas hojas ocultas, Edward puede pelear con dos espadas y cuatro pistolas, lo que nos evita tener que estar constantemente recargando, asegurando más variedad en los combates. Otra novedad interesante es la adición de la cerbatana, herencia de 'Liberation'.
De todos modos, entre los asesinos presentados por la serie hasta ahora, la historia de Edward es la menos menos atractiva. Al presentarse como un asesino muy diferente a Ezio y Connor, es cierto que Kenway se convierte en un complemento muy interesante a la lista de protagonistas de la franquicia. Sin embargo la falta de heroicidad y la posición del pirata en la que todo está permitido, y a la carta, termina dejando de lado mucho de lo que se supone es la base de la serie. Y seguir sus aventuras es divertido, la temática pirata es muy atractiva, pero la parte más 'Assassins' pierde peso sin una causa que justifique sus acciones. La constante vorágine por el oro y la riqueza puede ser interesante al principio, pero pierde mucha fuerza con las horas.
Todo esto permite que la trama de 'Assassins Creed IV: Black Flag' sea la menos profunda de todas. Mientras que el resto de juegos tienen un enfoque centrado en la lucha contra el Credo de los Templarios, el milenario conflicto se queda en los posos aquí. El ejemplo más destacado es como nuestro corsario se convierte en un asesino, por azar y con el único objetivo de obtener réditos ligados únicamente a sus propios intereses. Y por mucho que sirva para mostrar la evolución de un simple villano que se convirtió en el "héroe invisible" de la historia, el proceso de transformación es lento y agotador.
Tiempos modernos
Después del irregular final que nos brindó 'Assassins Creed III', todos los seguidores de la franquicia estaban deseosos por conocer como se daría continuidad a los acontecimientos sucedidos en los tiempos modernos, sobre todo con Edward Kenway como otro antepasado de Desmond Miles. Y, a pesar de algunas decisiones cuestionables, la solución satisface. En 'Assassin's Creed IV' asumimos el papel de un empleado de Abstergo Entertainment, una productora de juegos controlada por templarios que vende la memoria genética de los asesinos como si fuera un juguete, mientras descubrimos gradualmente las intenciones de la compañía. A medida que el jugador se sumerge en esta nube de secretos corporativos, se van aclarando mas cuestiones sobre el final de Desmond y el futuro de la humanidad. Ubisoft decidió jugar con esta idea y hacer que Abstergo disponga de la apariencia de una editora real, tanto que ellos mismos dentro del juego tratan 'Assassins Creed' como una franquicia de videojuegos, con carteles y demás elementos relacionados con le merchandising repartidos por las estancias. Incluso hay líneas de guion que hacen mención a tráilers estrenados o referencias a 'Watch_Dogs' como videojuego de próximo estreno. Estos guiños sirven como incentivo para que los más curiosos exploren las estancias de los edificios actuales en busca de secretos
Aunque la explotación de los recursos narrativos puede brindar a una corporación ficticia como Abstergo Entretenimiento, la fórmula para obtener respuestas y la combinación empleada es increíblemente aburrida y lenta, a lo que se suma la falta de interés del jugador en lo que está sucediendo, debido a la ausencia de un rostro, nombre o cualquier otro elemento que ayude en la construcción de un vínculo que permita crear empatía o preocupación por el desarrollo de los acontecimientos en la actualidad. Todo es muy mecánico y bastante extravagante, lo que deriva en el más mínimo deseo de salir del Animus.
Por otro lado, En 'Assassins Creed IV', Ubisoft ha decidido no alterar la estructura de su vertiente multijugador y mantener la misma estructura de la anterior entrega. Sin embargo, esto no quiere decir que no aporte nada nuevo a las partidas en línea. En primer lugar se pueden editar los parámetros del juego, cambiando las reglas de puntuación y eliminando ciertos requisitos. Por mucho que esto no cambia el funcionamiento del juego, las variaciones específicas pueden crear una dinámica completamente diferente entre partidas. Se puede prohibir el uso de ciertas armas y habilidades o sólo permitir las muertes desde una determinada distancia para ser considerada válida.
Los paisajes de las Indias Occidentales
En la parcela visual 'Assassin's Creed IV: Black Flag' destaca sobre todo en su arte. Si en 'Assassin's Creed III', todo tenía un aspecto decepcionante y gris, Black Flag sorprende por ir en la dirección opuesta y presentar un mundo muy colorido y brillante, donde todo lo que salta a la vista está vivo. Esto se evidencia en mayor medida cuando Edward está en el mar - las aguas del Caribe son asombrosas - pero es aún más evidente cuando explora alguna isla o visita algún pueblo. La cantidad de detalles en cada zona es impresionante, y como es típico de la serie, se combina con un enorme trabajo en la recreación de la arquitectura de la época, las costumbres y otras características sociales e históricas, ya que hay una serie de referencias en ese contexto de cada lugar visitado. Otro punto de inmersión que también favorece la exploración de los escenarios es la cuestión geográfica. Ubisoft ha investigado la flora y fauna de la región para que el jugador pueda utilizar esto en su beneficio. Y es muy útil, ya que el sistema de caza toma prestadas algunas de las ideas más divertidas de 'Far Cry 3'. Edward Kenway puede cazar algunos animales y emplear sus pieles y huesos para montar nuevos accesorios. Es algo simple, directo, pero mejora en gran medida lo que se introdujo en el juego anterior.
Además de un portentoso apartado gráfico, 'Assassin's Creed IV: Black Flag' logra llevar hasta el salón de nuestra casa todos los sonidos del Caribe de la época, el sonido del mar, el ruido de los mástiles al romperse tras recibir el impacto de una bola de cañón, o pasear por cualquier taberna escuchando bravuconadas en español con su pertinente respuesta en inglés, son algunos detalles de la calidad acústica de la última entrega de la franquicia, que además de temas orquestales de nueva composición, muy a tono con la temática de la producción, recoge fragmentos de otras entregas.
Conclusiones
'Assassins Creed IV: Black Flag' es uno de esos juegos que aun siendo muy bueno técnicamente, y notable en sus mecánicas, mejorando con margen muchos de los aspectos de sus antecesores, no logra esa chispa que dejan las anteriores producciones, parece que se olvidaron del alma. Y gran parte de esta falta de carisma es culpa de la trama en sí. 'Black Flag' toma demasiada distancia con sus predecesores, situando la historia de los asesinos casi en un segundo plano para dar más protagonismo a la temática específica de la entrega. Pero contra todas las expectativas, Ubisoft ha logrado una obra muy superior a la anterior tanto en mecánicas como en el aspecto técnico. Aun en plena crisis de identidad es muy divertido y está decido a entretener durante muchas horas a cualquier jugador que se atreva a navegar por sus misteriosas y fabulosas aguas, pero sin el mismo compromiso de antaño.